domingo, 13 de noviembre de 2011

Con los subsidios no hay otra que amarretear

El gobierno nacional gasta en subsidios a la energía y el transporte aproximadamente la mitad de lo que gasta en seguridad social. Hace pocos días inició tímidamente un proceso de reducción de los gastos en subsidios. ¿Quiénes y desde cuándo serán los próximos candidatos a pagar los servicios que consumen de gas, electricidad y agua sus respectivos costos de producción y distribución?
Al respecto preparé algunas preguntas y respuestas a mi juicio muy claras, que seguramente aclararán algunos temas no menores.
-¿Para qué existen los subsidios?
-Richard Abel Musgrave popularizó la idea de bienes meritorios, aquellos que una comunidad considera suficientemente importantes como para que la población pueda tener acceso a ellos aunque no pueda pagar los costos requeridos para fabricarlos. Para lo cual los contribuyentes impositivos subsidian la provisión del bien, lo cual es mucho más civilizado que obligar a producir y vender por debajo del costo. A propósito: provisión no necesariamente implica producción estatal. ¿Había que reestatizar Aerolíneas Argentinas para garantizar el servicio de aeronavegación en nuestro país?
-Dame un ejemplo indiscutible de bien meritorio.
-La vacuna contra la polio. Es una barbaridad que un pibe contraiga poliomielitis porque sus padres no pueden pagar la vacuna. Consiguientemente quienes pagamos los impuestos nos hacemos cargo de los costos (laboratorios, heladeras, enfermeras, etc.) y la vacuna se aplica gratis. Sólo la negligencia de algunos padres hace que algún chico no reciba la vacuna.
-¿Por qué no lo hacemos con todo?
-Porque los recursos son escasos. Por eso los economistas decimos que la lista de bienes meritorios tiene que confeccionarse de manera amarreta. Fútbol para Todos, Milanesas para Todos, Computadoras para Todos?... No tiene mucho sentido, no?
-¿Por qué los subsidios generan derroche?
-Los encargados de los edificios no barren las veredas sino que empujan las hojas con un chorro de agua potable. Un acto individualmente racional porque para ellos el agua es gratis; una barbaridad dado lo que cuesta potabilizar y transportar agua. ¿Qué ocurriría si al encargado se le aumentara el sueldo y se le instalara un medidor de agua en la canilla que da a la vereda para que se hiciera cargo de su costo? Que al otro día compraría una escoba.
-¿Tenés algún ejemplo real?
-Quienes habitan villas de emergencia en la Capital Federal no pagan la electricidad, pero abonan fortunas si compran garrafas. En consecuencia, cocinan y se calefaccionan con electricidad. Y quienes viven en la Capital Federal fuera de las villas están virtualmente colgados porque pagan por la electricidad que consumen una ínfima parte de su costo. Desde hace varios años la Argentina importa gas carísimo que transforma en electricidad, que en ciertos lugares vende baratísima. Notable ejemplo de valor agregado negativo.
-El subsidio en la Argentina tiene poco que ver con el carácter meritorio del servicio de gas, electricidad y agua.
-Cierto. Para morigerar la tasa de inflación, el Poder Ejecutivo pisó prácticamente todas las tarifas de los servicios privatizados o concesionados durante la década de 1990, distorsionando los precios relativos. Al comienzo, las brechas eran pequeñas. Con el correr del tiempo se agigantaron. Según Mauricio Macri, la eliminación del subsidio al subte requeriría aumentar el precio del viaje de $ 1,10 a 3,40. Nótese que las medidas anunciadas cambian quien aporta ingresos a las empresas de servicios, sin aumentar el total de esos ingresos. Lo cual implica que el tarifazo requerido para eliminar los subsidios será seguido por el supertarifazo para financiar nuevas inversiones.

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