… y me
toma por loco, de más está decirlo.
Por Ariel Torres
Pocas
cosas en la vida me han emocionado tanto como la carta que me mandó la
Inquilina Nro. 1 de Olivos, desde Bolivia. Se ve que estaba aburrida, porque no
me la imagino sentándose a escribir en medio de un viaje oficial al exterior.
Es muy posible que la muy chata ciudad de Cochabamba no le despierte el apetito fashion de París o Nueva York,
como para ir de shopping. En cualquier caso, haber puesto distancia seguramente
la ha permitido tener una visión más certera del país. La Cristina que aparece
en estas líneas conjuga los altos intereses de un jefe de Estado, como cuando me
confía lo que extraña la cadena nacional, con las obsesiones propias de una
madre: revela que Máximo no le perdona haber pesificado 3 millones de dólares
justo antes de la nueva corrida. Como si no fueran monedas apenas, en la
fortuna personal. Pero cierto… ella quiere TODO. Y va por él.
Obviamente
y muy a mi pesar –ustedes saben de mi natural perfil bajo-, reproduzco la carta
con su autorización. "Nunca me interesaron los medios, sino los
fines", me explicó, y me hizo ruido a Neustad en la cabeza. No sé si
entiendo la frase, pero tiene música. En realidad, todo el texto tiene la
musicalidad de lo irreprochable. Es como cuando habla: lo que dice suena bien. Me
ha dejado tan pasmado, tan estupefacto tamaña demostración de atención de su
parte, que los dejo con ella y su totalidad. Aquí va, sin cambiar una coma:
"Arielito,
he venido a Bolivia a discutir el precio del gas que nos venden. Evo es un
amigo y un aliado, pero con el gas está zarpado (me rimó!). Nos están matando!
También quiero desmentir el presunto aislamiento internacional de la Argentina.
Cuando mi foto con Evo dé la vuelta al mundo, los grandes centros de poder
temblarán. El eje Buenos Aires - La Paz - Venezuela se alza como una voz
ineludible en el seno de las naciones. Aislados? Les recuerdo que estuve en
Angola y que me invitaron a Azerbaiján. Moreno me dice que el futuro está ahí.
Que Obama y la Merkel no existen. Es verdad: estuve con los dos y no
entendieron nada de lo que les expliqué. Ellos se lo pierden, no?”
"Aquí
en la tierra de la coca, con el amigo Evo hablamos de todo eso y de sus
encuentros con Ahmadinejad, de la hermana nación iraní: me contó que tuvieron
charlas interesantísimas sobre democracia y derechos humanos. Ahmadinejad
también fue a Venezuela y Cuba. Sospecho que se candidatea para el Nobel de la
Paz. Le auguro un éxito total.”
"Naturalmente,
estoy informada de todo lo que pasa en nuestro país. Basta que me vaya para que
aparezcan los problemas. Por ejemplo, en Santa Cruz. Ya sé que había dicho que
nunca más iba a mandar un gendarme a las provincias, pero entendeme, Rifle (así
me llama entre nos): acababa de pesificar ahí mis tres palitos y los bancos
estaban sin custodia. Máximo me dijo: «Ya perdimos un dineral habiendo cambiado
antes de la corrida. O mandás seguridad o me paso las 24 horas jugando a la
play, y dándome».”
"Allá
en Baires la cosa está más fácil: ordené que le dieran 600 millones a Scioli
para que pudiera pagar el aguinaldo. Lo hice, por supuesto, después de verlo de
rodillas y pidiendo perdón. Había 500.000 empleados públicos sin cobrar, y eso
me preocupaba: ¡se nos estaba cayendo el consumo! Pero la economía siempre debe
estar supeditada a la política. Era Scioli el que, con sus aspiraciones
presidenciales, tenía secuestrado el aguinaldo. Me encantó que Mariotto lo haya
comparado con De la Rúa. Es como decirle que siempre tenga listo el
helicóptero.”
“Ah, y
los dichos del Sr. Maradona nada tuvieron que ver con mi decisión.”
"No
sé si habrás notado, cordobés, que se anunció la reducción de servicios de
trenes del Sarmiento cuando yo estaba acá. Evidentemente quisieron ahorrarme la
mala noticia, pero fue un error. Era un gran anuncio: cuanto menos circulen,
menos posibilidad hay de accidentes. También es buena la suba del boleto de colectivo:
a la gente le ofende tener que pagar esa miseria.”
"A
la que ya no puedo controlar de tan desesperada que está, es a la Garré: dice
que no puede bajar la inseguridad. Le di tips básicos para encarar este tema:
le dije que hablara de las responsabilidades. En la Capital, Macri, y en Buenos
Aires, Scioli. La simpleza de la solución la sorprendió un poco, y le molestó
no habérsele ocurrido a ella, pero me parece que el exceso de make up le está
jugando en contra. Pero igual me agradeció mucho. Yo la quiero, pero todavía
está un poco verde: no termina de entender el valor del relato.”
"En
otro orden de cosas, leí que Moyano me criticó por haber bailado con una
comparsa en Tecnópolis mientras miles de personas marchaban para reclamar
contra la ola de delitos. Pobre Moyano, un camionero con luces tan cortas.
Tecnópolis es el futuro, y el futuro de esta Argentina que yo conduzco nos encontrará
bailando y cantando de felicidad. Además, es lógico que la gente proteste
cuando es víctima de la inseguridad. Yo, por suerte (toco Boudou!), no puedo
quejarme.”
"Mmm…
mejor me corrijo: sí puedo quejarme. Llevo tres días sin cadena nacional. He
mandado a averiguar si esas marchas no son de gente que extraña mis mensajes.
Reconozco que soy adictiva: los argentinos ya no pueden vivir sin mi aleteo
gallináceo de Angola, sin mi coreografía en Tecnópolis, sin mi entonación del
jingle 'hay Teresa/hay Teresa/cómo me gustan tus milanesas' que tanta gracia
causó el otro día en un discurso en la Casa Rosada. Los argentinos gozan cuando
promociono muñequitos con la imagen mía y la de Néstor a 10 u$s(ups!), o cuando
les revelo los efectos afrodisíacos de la carne de cerdo. Es indudable que me
estoy volviendo imprescindible e insustituible!”
"Me
doy cuenta, por suerte a tiempo, que soy la alegría, el desparpajo, la
espontaneidad. Soy buenas noticias. Soy anuncios, promesas e inauguraciones.
Soy inauguraciones de cosas ya inauguradas. Soy inversiones. Soy las mismas
inversiones tiempo después. Soy Planes para Todos que antes no se le ocurrieron
a nadie. No soy pálidas: inflación, inseguridad, dólar paralelo. Soy
conferencia sin prensa. Soy Cristina. Fui Néstor. Ahora sólo soy Cristina. Soy
el argentino un poquitín soberbio, pícaro, mandón e intolerante que todos
llevamos adentro. Soy la imagen de la República. Yo soy la República, caramba!”
"Hasta luegoooooo.
Me está llamando Evo. No va a aflojar con el gas, pero ya me aseguré la foto."
Todavía no salgo de mi sorpresa, lo quise compartir con uds, amigos! Aún no
puedo parar de tanta emoción! Corro ya mismo a poner el pasto para los
camellos…
CUAC!
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