Por Ariel Torres
@torresariel64
En estos días tan trágicos me han asaltado la mente infinidad de pensamientos, algunos directamente relacionados con el siniestro... y otros relacionados con Los Siniestros... esos que nos gobiernan cada vez mejor (para ellos), y cada vez peor (para nosotros).
Más allá de hilvanarlos, los fui recopilando conforme se me ocurrieron, y los comparto:
- Hoy no alcanza con enarcar una ceja y creerse más vivo que los demás. Dejó de ser sofisticado no creer en nada. La vida adquiere bastante más sentido si uno tiene algo verdadero en qué creer...
- "Por qué corren tanto riesgos en lugar de invertir parte de los cuantiosos recursos que reciben del Estado?" La intencionada pregunta fue planteada por un empleado de la Auditoría General de la Nación a un conocido empresario de los ferrocarriles.
"Usted cree que todo ese dinero es sólo para nosotros?", respondió el empresario.
"Las cifras son las que figuran en los documentos del Estado", replicó el auditor.
"Bueno, digamos que parte de esos recursos son nosotros...", zanjó el empresario, con cierta ironía y una sonrisa inoportuna...
- En la calesita de la plaza de mi barrio, dar una vuelta -sortija incluída- cuesta $ 3, y recorrer la distancia entre esta zona y Retiro en el tren de TBA cuesta $ 1,35... es casi obvio pensar que las tragedias van a continuar.
Quien ha impedido sistemáticamente desde hace más de ocho años la suba de las tarifas del transporte ferroviario, en un país con inflación moderada, debió haber sopesado y asumido el riesgo que conllevaba la falta de inversiones, en el mediano y largo plazo.
Lo vengo sosteniendo desde este blog desde hace tiempo ya...
- En la devastación de Once se oyeron voces que la comparaban con lo que pasó en Cromagnon. Nada más inexacto. Es mucho peor: la discoteca no recibía subsidio alguno por parte del Estado, ni prestaba un esencial o obligatorio servicio público. Convengamos que la falta de controles es un delito en cualquier caso, pero nadie está obligado a ir a un boliche, y mucho menos, a quedarse allí mientras se lanzaban bengalas en un lugar cerrado. El transporte público es, en esencia, una imperiosa necesidad social y laboral de los ciudadanos.
Néstor Kirchner hizo en su campaña electoral del 2003, una bandera política sobre el estado calamitoso de los ferrocarriles. Contó, incluso, que en una oportunidad subió a un tren como pasajero raso para viajar en uno de los tramos que terminan en la capital. "Esto es inhumano", contó luego por televisión.
Sin embargo, tanto en su gobierno como en el de su viuda, los Cirigliano forman parte de un sistema discresional, ineficiente y oscuro.
- Macri debería pensar más de dos veces si aceptará o no el traspaso de los subterráneos. Algunas de esas máquinas, construídas con madera, tienen 90 años y el sistema de señalización es más vetusto que el del ferrocarril. No quiero imaginar el número de muertos que puede ocasionar una sinietro bajo tierra...
- Ahora se entiende el porqué de la fijación presidencial por obtener el monopolio mediático: las mejores armas de una autocracia con la persecución y las noticias falsas... No obstante, si bien se puede seducir a mucha gente por algún tiempo, no es posible hacerlo con toda la gente , todo el tiempo. Al 54% quizás por un tiempo... pero no al otro 46% de los argentinos.
Un poderoso empresario preguntó en algún momento del 2011, poco antes de las elecciones, cómo es el sistema de gobierno. Uno de los ministros con más fama de influyente resumió así la respuesta: "A la presidenta se la acata y obedece. Somos diez ministros corriendo detrás de un loco..."
- La idea de la Presidenta de quedar al margen de los hechos negativos que podrían afectarla se vio confirmado esta vez, cuando llegó al extremo de ordenar al Estado que querelle a los presuntos culpables del siniestro, como si su gobierno viviera en otro planeta. Lo dijo, en su dolor, una de las víctimas de Once: "este gobierno ha dejado de ser pingüino; ahora es avestruz..."
Me resulta insoportable seguir escribiendo, mientras escucho la conferencia de prensa de los padres de Lucas...
El Reality de Cristina va en camino de acabar con nosotros.
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