miércoles, 29 de febrero de 2012

Lo bueno de las tragedias es que destapan ollas



Trascendió la información  de una fuerte crisis de  nervios acaecida en las últimos días que llevo al desplante del presidente Lugo de Paraguay cuya excusa era venir por los familiares de los muertos en la tragedia de once, pero su verdadera razón seria  el fuerte proteccionismo del gobierno argentino a  los productos de Paraguay  y el cierre de las importaciones. Efecto no deseado de pretender controlar el dólar. Dejó plantado al presidente de Paraguay por esa crisis nerviosa y para evitar las presiones.
Por otra parte  Cristina ya venía mal, más que nada la tienen a mal traer las andanzas de Boudou… Y hasta el temor de que  los excesos del vicepresidente terminen al estilo  Ivan Heyn o  de Grazia.
Esta advertencia la habría hecho llegar la SIDE, ante el temor de que ciertas circunstancias y "sustancias"  lo dejen fuera de carrera...
La gota que rebalsó el vaso, respecto de la tragedia de Once, sería esta: si le suelta la mano a Cirigliano, parece que éste le iba a dar las pruebas a clarín de que el grupo económico Cometrans es propiedad de Néstor y Cristina Kirchner. Cirigliano deposita el 60% de sus ganancias en una cuenta bancaria en suiza. Aparentemente la presidenta le dijo que nadie la amenazaba y el empresario le retrucó que ha dado la orden de que los trenes y los micros del grupo Cometrans tengan “mantenimiento cero” desde el domingo. Claudio Cirigliano fue muy claro: tu gobierno no aguanta otra masacre”. El grupo Cometrans es el operador de TBA  (Trenes de Buenos Aires) y grupo Plaza, colectivos de corta, media y larga distancia. Es dueño de 21 de las 135 líneas de colectivos urbanos.
La discusión en el Calafate: fue con miembros en el gabinete y Máximo.  Los temas? Boudou, Proyecto x y la tragedia de Once, obvio.
Y ahí amenazó con dejar todo. No obstante  mas calmada acepto hacer frente a la tragedia y a la vez  dar un discurso duro. Dirigido a Cirigliano  y  a los valijeros…
Cristina habría tenido una fuerte discusión con su hijo Máximo, cuyo contenido se desconoce, pero que tendría relación directa con la decisión del rumbo a seguir con la concesión de TBA y que habría llevado a expresiones como “me están matando”, por parte de la presidenta. Es sabido que Máximo -y también Carlos Zannini y Guillermo Moreno- presionan para que el Gobierno corte públicamente sus profundos vínculos con Cirigliano, anunciando en las próximas horas la rescisión o revision  del contrato de TBA. Los más recalcitrantes hablan incluso de que esto debería terminar con el procesamiento de Mario y Claudio Cirigliano como responsables culposos de la tragedia. Sin embargo, no sólo De Vido sino otras voces en el gabinete advertirían que acorralar al empresario satisfaría la vindicta pública por un lado pero abriría un enorme riesgo por el otro. Que aquél, sintiéndose el chivo expiatorio, asuma el rol que el año pasado tuvo Schoklender y empiece a difundir cómo funcionaban sus relaciones especiales con el poder, desde el 2003 a la fecha. Al parricida no le fue del todo mal con sus amenazas de contar intimidades de su relación con el Secretario y el Subsecretario de Obras Públicas, Jose López y Abel Fatala.
El caso es que su situación procesal, al menos por ahora, no sería tan grave, gracias al temor oficial de que termine diciendo lo que todavía no dijo pero amenazó con decir. De algún modo, el primero que utilizó este método fue justamente un antiguo socio de Cirigliano, el ex Secretario de Transporte Hugo Jaime, que luego de veladas -y no tan veladas- amenazas, consiguió hasta el momento al menos evitar la prisión preventiva.
De Ahí se entiende que por instrucción expresa De Vido y Schiavi dieron una nueva conferencia de prensa, a efectos de intervenir TBA preventivamente…
La decisión esta tomada de sacarle TBA a los Ciriglianos, el tema es que muchos de los subsidios, han sido retornos para la presidencia, con un peaje para el entonces Jaime- y ahora Schiavi y por supuesto Julio “fogata” De Vido.
Ahora hay que sentarse -en tiempos en que los zombies están de moda- y ver cuantos muertos salen a la superficie... 

martes, 28 de febrero de 2012

Africa es el único cliente de este modelo...

Por Ariel Torres
@torresariel64


Angola tiene uno de los ingresos per cápita más bajos del mundo, 60% de su población es pobre y su posición en el índice de competitividad global del World Economic Forum (WEF) es la 139, sólo por encima de Burundí, Haití y Chad. Los países escandinavos, junto con Suiza, figuran en el top ten de cuanto indicador económico y de calidad de vida existe. La decisión del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, de volar el domingo próximo a la conquista del mercado angoleño es toda una señal del rumbo que sigue la Argentina en materia de exportaciones. No es la única.


Si se cruzan los datos entre los principales compradores de productos argentinos y su ubicación en el índice del WEF, probablemente el indicador de competitividad económica más utilizado en el mundo, se puede ver que la mayoría de ellos están lejos de los primeros puestos. Al mismo tiempo, aquellos mercados mundiales que mejor posicionados están en lo que respecta a competitividad reciben pocas o nulas exportaciones originadas en estas tierras.
Los resultados sirven para evaluar la calificación de la oferta exportable argentina y evidencian los grados de exigencia de los mercados a los que se llega. Claro que los destinos más desarrollados o mejor posicionados en términos de competitividad colocan un listón muy difícil de saltar para un modelo que prioriza el consumo interno, con una economía que se cierra cada vez más.
Ahora que la Argentina se quedó fuera de la competencia en materia de bajo costo (a la que se subió luego de la devaluación), se encuentra con que tampoco desarrolló capacidad para vender por diferenciación. Para validar un ejemplo, en cuero tiene un gran potencial, pero no le agrega valor para venderlo como calzado, camperas o carteras de alta calidad. La mayoría de las exportaciones locales son productos manufacturados que se venden como insumo para completar la industrialización afuera, no como terminado, envasado y con marca. Otro ejemplo, el aceite de soja se vende a granel y en China o Europa se mezcla con otros, que allí envasan y le ponen marca. Obvio que tiene más valor agregado que el poroto, pero sería mucho mejor si se vendiera embotellado, en lugar de a granel.
EJEMPLOS FORANEOS QUE DEBERIAMOS COPIAR
No se necesita ir a Brasil, la mayor economía de la región, para comprobar cómo otros hacen bien los deberes en comercio exterior. Colombia con el café, por ejemplo, posicionó una marca como Juan Valdez, que está en la publicidad de todos los aeropuertos del mundo. Desarrolló una denominación de origen para competir por calidad. Hace treinta años, el café era sólo brasileño, ahora es también colombiano. Otro tanto hizo Perú, que impuso su gastronomía a nivel internacional.
En el caso de la carne vacuna, con la que había logrado que se instalaran parrillas "criollas" en todo el mundo, la Argentina recorrió el camino inverso: trabó las exportaciones y cortó toda posibilidad de un desarrollo de marca con valor agregado, que le hubiera permitido consolidar la aceptación que ya se había granjeado. Algo similar sucede con el cuero, reconocido como el de mayor calidad mundial, pero destruido a fuerza de prohibiciones y ahogo fiscal.
Si analizamos la matriz exportadora argentina, observamos que la Argentina es muy buena en la producción de commodities, pero tiene dificultades crecientes a medida que va agregando valor. Hay excepciones, como la maquinaria agrícola. Pero lo que falta es masa crítica para llegar a mercados exigentes. Por eso tiene una concentración muy fuerte en mercados de exigencias medias o bajas.
Esta primarización de la economía coloca al país en una situación de endeblez, ya que no sólo aglomera sus ventas externas en pocos países (Brasil y China, principalmente), sino que la deja a merced de los elementos climáticos (sequías, inundaciones) y la volatilidad de los precios internacionales de las materias primas. Además, está el límite que pone la propia extensión de la tierra, porque se llega a un punto que ya no se puede producir más volumen con la misma superficie.
Existen casos aislados de sectores, como el vitivinícola o el de software, que han hecho las cosas bien, pero debería apuntarse a que no fueran la excepción sino la regla. En el plano de empresas también hay modelos, como el de Havanna. Es un lindo caso porque, como no podía imponer afuera el gusto por el alfajor, propio de la Argentina, desarrolló el negocio del café como mecanismo para introducir su producto estrella. Hoy tiene más de cien cafés en todo el mundo.
Está demostrado en el mundo que a los países con grandes empresas exportadoras les va mejor y que, a su vez, estas compañías tienen mayor rentabilidad y pagan mejores salarios a sus empleados. Sin embargo, el Gobierno prefiere el proteccionismo, que termina por tornar poco competitiva a su propia industria. Y cuando se asoma al exterior, ya no puede elegir venderle a Suiza.
 Le queda Angola.

lunes, 27 de febrero de 2012

Algunos cortos de mi actualidad

Por Ariel Torres
@torresariel64


En estos días tan trágicos me han asaltado la mente infinidad de pensamientos, algunos directamente relacionados con el siniestro... y otros relacionados con Los Siniestros... esos que nos gobiernan cada vez mejor (para ellos), y cada vez peor (para nosotros).
Más allá de hilvanarlos, los fui recopilando conforme se me ocurrieron, y los comparto:

- Hoy no alcanza con enarcar una ceja y creerse más vivo que los demás. Dejó de ser sofisticado no creer en nada. La vida adquiere bastante más sentido si uno tiene algo verdadero en qué creer...

- "Por qué corren tanto riesgos en lugar de invertir parte de los cuantiosos recursos que reciben del Estado?" La intencionada pregunta fue planteada por un empleado de la Auditoría General de la Nación a un conocido empresario de los ferrocarriles.
"Usted cree que todo ese dinero es sólo para nosotros?", respondió el empresario.
"Las cifras son las que figuran en los documentos del Estado", replicó el auditor.
"Bueno, digamos que parte de esos recursos son nosotros...", zanjó el empresario, con cierta ironía y una sonrisa inoportuna...

- En la calesita de la plaza de mi barrio, dar una vuelta -sortija incluída- cuesta $ 3, y recorrer la distancia entre esta zona y Retiro en el tren de TBA cuesta $ 1,35... es casi obvio pensar que las tragedias van a continuar.
Quien ha impedido sistemáticamente desde hace más de ocho años la suba de las tarifas del transporte ferroviario, en un país con inflación moderada, debió haber sopesado y asumido el riesgo que conllevaba la falta de inversiones, en el mediano y largo plazo.
Lo vengo sosteniendo desde este blog desde hace tiempo ya...

- En la devastación de Once se oyeron voces que la comparaban con lo que pasó en Cromagnon. Nada más inexacto. Es mucho peor: la discoteca no recibía subsidio alguno por parte del Estado, ni prestaba un esencial o obligatorio servicio público. Convengamos que la falta de controles es un delito en cualquier caso, pero nadie está obligado a ir a un boliche, y mucho menos, a quedarse allí mientras se lanzaban bengalas en un lugar cerrado. El transporte público es, en esencia, una imperiosa necesidad social y laboral de los ciudadanos.
Néstor Kirchner hizo en su campaña electoral del 2003, una bandera política sobre el estado calamitoso de los ferrocarriles. Contó, incluso, que en una oportunidad subió a un tren como pasajero raso para viajar en uno de los tramos que terminan en la capital. "Esto es inhumano", contó luego por televisión.
Sin embargo, tanto en su gobierno como en el de su viuda, los Cirigliano forman parte de un sistema discresional, ineficiente y oscuro.

- Macri debería pensar más de dos veces si aceptará o no el traspaso de los subterráneos. Algunas de esas máquinas, construídas con madera, tienen 90 años y el sistema de señalización es más vetusto que el del ferrocarril. No quiero imaginar el número de muertos que puede ocasionar una sinietro bajo tierra...

- Ahora se entiende el porqué de la fijación presidencial por obtener el monopolio mediático: las mejores armas de una autocracia con la persecución y las noticias falsas... No obstante, si bien se puede seducir a mucha gente por algún tiempo, no es posible hacerlo con toda la gente , todo el tiempo. Al 54% quizás por un tiempo... pero no al otro 46% de los argentinos.
Un poderoso empresario preguntó en algún momento del 2011, poco antes de las elecciones, cómo es el sistema de gobierno. Uno de los ministros con más fama de influyente resumió así la respuesta: "A la presidenta se la acata y obedece. Somos diez ministros corriendo detrás de un loco..."


- La idea de la Presidenta de quedar al margen de los hechos negativos que podrían afectarla se vio confirmado esta vez, cuando llegó al extremo de ordenar al Estado que querelle a los presuntos culpables del siniestro, como si su gobierno viviera en otro planeta. Lo dijo, en su dolor, una de las víctimas de Once: "este gobierno ha dejado de ser pingüino; ahora es avestruz..."

Me resulta insoportable seguir escribiendo, mientras escucho la conferencia de prensa de los padres de Lucas...

El Reality de Cristina va en camino de acabar con nosotros.



jueves, 23 de febrero de 2012

Dolorosa experiencia: la corrupción mata gente...

Por Ariel Torres


Hace pocos días, en la edición del domingo de La Nación, más precisamente en el suplemento Enfoques, el juez federal Daniel Rafecas dice claramente: "A la clase política no le interesa agilizar los juicios por corrupción". Destacó asimismo que "impulsar una reforma procesal para agilizar los juicios por corrupción no le interesa a nadie de la clase política, ni a los distintos poderes ejecutivos que se han sucedido en últimos treinta años..."

A la luz de los hechos acaecidos en los últimos días, podemos decir muchas cosas de la corrupción... pero jamás me hubiera atrevido a aseverar lo que hoy es una verdad de perogrullo: La Corrupción mata gente.

Hace poco leí un libro acerca de la mafia en EEUU, donde Louis Ferrante, integrante del clan Gambino se atreve desde la cárcel a dar el siguiente consejo: "comenzar desde abajo, obedeciendo sin chistar; crear una red de favores y ayuda mutua, y respetar hasta el extremo la cadena de mandos..."
Toda una declaración de principios, y podría ser el preámbulo de la constitución kirchnerista de la apología del poder, sacando claro el párrafo "comenzar desde abajo".
Resulta imposible no imaginar una estructura similar, donde vemos "soldados" increíblemente impresentables tales como Moreno, Jaime, Zanini, Boudou, Baratta, Pichetto, Mariotto... que lo único a lo que apuntan es a ser funcionales a un poder que más allá de ser correcto o no, es el que manda.

Hace 10 años, este gobierno recibió los trenes con una antigüedad promedio de 40 años, es cierto... pero eran 10 años más jóvenes que ahora, con 10 años menos de desgaste, 10 años menos de fatiga de elementos, y 10 años menos de corrupción. Así y todo, subsidiaron al transporte en general de una manera fenomenalmente anacrónica: esto es, haciéndonos creer que teníamos derecho sólamente a un boleto barato. Fueron funcionales a los empresarios que Menem avaló, llenándoles los bolsillos todos estos años de una manera obscena. Tan obscena como hacernos creer que el boleto barato equivalía a un boleto digno.
La maraña de la obscenidad es tal que, ante tamaña tragedia de trenes y muerte, el Estado se convierte en Querellante, es decir, deslinda la responsabilidad en el apellido Cirigliano, que son los operadores de TBA. Se olvida que la CNRT (Comisión Nacional de Regulación del Transporte) es la que debe controlar y fiscalizar la operación de todas las empresas que son adjudicatarias de transportar LA VIDA de los argentinos.

Volvemos al principio de esta nota con los dichos del Juez Rafecas, es decir, están tan acostumbrados a la impunidad que se descuidan ante la natural pendiente que tiene todo tobogán... y se caen de culo sobre las cabezas de la gente, matándolos. Ni más ni menos.

Mientras tanto, CFK se ufana de mojarle la oreja a los ingleses por un pedazo de tierra que hace 200 años es nuestra pero que a nadie le importa. Es una genialidad del kirchnerismo desplegar políticas con las cuales uno no puede estar en contra. La barbaridad reside en que, tras cartón, recibe y se pasea con Sean Penn, pero ninguneó a Antonio Brufau, el presidente de Rapsol-YPF, que vino a verla para discutir la crisis de importación de combustibles.

El amigo Boudou se ha convertido -gratamente- en un lastre del gobierno, apenas asumido, por las monumentales tomadas de pelo que lo han visto protagonista en los últimos dos meses. Socio oculto de una empresa tristemente célebre en los 90, ligada al tráfico de influencias, los contratos poco claros, adjudicaciones directas, negocios ligados al lavado de dinero y... nada más ni nada menos que el negocio de la impresión de billetes.
Conocido el tema, nuestro vicepresidente tocó la guitarra, nos hizo pito catalán a todos, y asestó otro golpe de efecto a la sociedad plena: firmó y avaló un aumento del 100% para los senadores y diputados de la nación. Y el 18% que CFK sugirió a los sindicatos para no estimular la "distorsión de precios"?

Vamos a las minas. No, a las chicas no... Las minas, esas que están bajo tierra, esas que no contaminan nada, y que le dan laburo a la gente. Ningún país se puede dar el lujo de darle la espalda a la explotación minera, porque es un commoditie valorado en todo el mundo, incluso hay países que dependen casi exclusivamente de ello, caso Chile.
Lo malo de la minería de este país, es que con esta ausencia de controles y los niveles de corrupción preexistentes y actuales... quién nos garantiza que se cumplirán los estándares internacionales de seguridad y ambientales?

Alguien tendrá el buen criterio de avisarle a nuestra presidente lo que puede llegar a pasar si sigue negándole sistemáticamente ayuda a Macri... con los subtes?

viernes, 17 de febrero de 2012

Atardecer de una economía agitada...?

Economía repetida, errores repetidos, crisis repetidas.
No se pueden esperar resultados distintos.
Los precios de los comodities, la capacidad instalada, su propio conservadorismo (paradoja) al desapalancar la economía, en especial el sector financiero, la falta de crédito privado para el sector público, han permitido prolongar este estado de cosas.
Ninguno de los aspectos mencionados permite sostener indefinidamente este pseudo keynesianismo.
Sostenido en la caja, que se agota; en el sector agropecuario, que sufre la sequía; en las reservas, que disminuyen constantemente, tanto en valores absolutos, como en relación con los pasivos.
El respaldo de pasivos con reservas ha descendido al 58%, aún sin considerar reservas afectadas a eventuales préstamos del BIS.
El 50% de los activos del BCRA (mas de 4 veces el patrimonio) son adelantos transitorios al Tesoro y letras emitidas por el Tesoro a largo plazo y sin liquidez en el mercado.
El INDEC continúa mintiendo. No hay parámetros serios para negociar salarios, alquileres o deudas a largo plazo.
La eliminación de los subsidios, en un estadio de precios relativos imposible de realinear sin provocar conmoción en los presupuestos familiares y en el de las empresas (por derivación en salarios), con su consecuente traslado a precios y eventual caída de demanda.
El drama de los jubilados, que financian deuda pública a través del ANSES y perciben en su inmensa mayoría una jubilación mínima que colinda con situación de pobreza. Situación que afecta a los que han aportado poco, a los que no aportaron nunca y a los que aportaron para mucho mas que esa jubilación paupérrima.
El drama ganadero, que se agrava día a día, con cierre de frigoríficos, precio artificialmente bajo, por ahora, por caída de demanda, con tendencia a explotar en el mediano plazo, por falta de oferta.
Repatrian científicos y reiteran críticamente frases desafortunadas del pasado, mientras que al mismo tiempo prescinden de los servicios de 1600 pasantes en el Conicet.
Critican la convertibilidad que defendieron en su momento a ultranza, porque esas críticas aparecen ahora como políticamente correctas, aportan votos y apartan a la gente de la posibilidad de adoptar conductas racionales.
Discriminan al interior en beneficio de la capital y GBA, para ganar electorado en los sectores geográficos de mas alta densidad demográfica, con mejor relación costo/beneficio no sólo en términos económicos si no también en cuanto al esfuerzo logístico necesario.
Desprestigian y censuran a quienes alertan acerca de sus errores y peligros inherentes.
Prefieren el proteccionismo y la informalidad laboral a la creación de fuentes de trabajo transparentes y económicamente viables.
Fomentan la minería a cielo abierto, con el consecuente daño ecológico, como un método mas de mantener apoyo de Gobiernos Provinciales.
Presupuesto subestimado y mentiras del INDEC contribuyen a distribución discrecional de recursos por encima de una Coparticipación Federal de Impuestos que ni el Gobierno Nacional ni los Gobiernos Provinciales tienen interés en dilucidar conforme lo dispone la Constitución Nacional.
Quienes se asustaron en el 2001 sembraron la semilla que los hizo sufrir en el 2002.
Hoy se están terminando de generar las condiciones para un sufrimiento socio económico mayor aún.

Ojalá que me equivoque.

jueves, 16 de febrero de 2012

QUE ME PASA CON MALVINAS…

Por Ariel Torres

Una nueva causa nacional y popular, y van…

Personalmente , no tengo nada en contra cuando se enarbolan este tipo de temas en pos de la nacionalidad y la soberanía. Creo firmemente que Las Malvinas son tan argentinas como Jujuy o Córdoba, pero la realidad es que nunca les hemos dado pelota, hasta 1982. Recuerdo que la guerra estalló de una manera impensada y sorpresiva… como todas las guerras. Y el miedo que sentíamos desde hacía años por la dictadura en sí –adormecido por la costumbre- se transformó en otro miedo: el de ser convocados a esas frías y húmedas trincheras, recreando un nuevo y distinto odio y repugnancia frente a los militares que intentaban un manotazo desesperadamente demagógico por perpetrarse en el poder. Pero a medida que pasaban los días, todos, o la gran mayoría de nosotros, fuimos cambiando nuestro punto de vista.
De repente, el pueblo argentino, toda la clase trabajadora, la dirigencia política que venía empujando por la democracia, los países latinoamericanos, los intelectuales en general, la revolución cubana, el frente sandinista y, obvio, toda la derecha –funcional al Proceso por ese entonces- se encontraron comprometidos con la causa. Esa sí fue una causa nacional y popular. Estaban todos: los buenos, los no tan buenos, los malos y los peores. En la izquierda básica se rumoreaba que era una guerra anticolonialista conducida por hombres siniestros. Con buen criterio, creo que todos llegamos a pensar que a veces las revoluciones vienen de la mano de hombres de la peor calaña.

Corrían los primeros días de abril de 1982, y desapareció en combate el primer caza argentino en plena acción: un Skyhawk A-4Bdel escuadrón Halcones piloteado por el  Teniente Mario Nívoli (su familia amiga de la mía), fue presuntamente alcanzado por un misil después de descargar bombas sobre la Fragata HMS Brillant. Su familia, oriunda de Villa del Dique, provincia de Córdoba, se enteró un mes después. Mi padre y su padre eran íntimos amigos.

Yo tenía sólo 17, y uno de mis mejores amigos, el Cabezón Vilchez –dos años mayor que yo- estaba en el teatro de operaciones. Estuvimos tres meses como zombies, sin saber nada del cabezón, y juntándonos en su casa, con sus viejos, cantando rock nacional. Volvió vivo, más loco que nunca, lo paseamos en camioneta por todo Rio Tercero, toda la noche.

Jamás contó lo que vivió. Ni siquiera borracho…

Cuando faltaba poco para la rendición, ya habíamos perdido el miedo y la repugnancia; todos queríamos anotarnos como voluntarios para defender a la patria. El 14 de junio, la Plaza de Mayo se llenó de gente que fue a repudiar a los incompetentes y reclamar que la lucha continuara… Sí, sí, así fue. 
Ya se sabe: la derrota militar derrumbó a la dictadura pero también a la verdad. Al tiempo ninguno de nosotros habíamos apoyado esa "locura", los soldados no eran héroes sino "chicos de la guerra", los ex combatientes eran la peste, y acaso el único que se había opuesto a la guerra, Raúl Alfonsín, fue a la postre el nuevo presidente de los argentinos. Como siempre, la sociedad negó lo que había hecho. Como luego negaría, sucesivamente, haber votado a Menem y a De la Rúa. Y como alguna vez negará también haber votado al kirchnerismo.
Cuento todo esto porque me pasó enterita por dentro la película personal de Malvinas al escuchar el discurso de la Presidenta del otro día. Admito que me parecen interesantes las acciones diplomáticas que ella impulsa. Pero ineludiblemente no puedo estar de acuerdo con su reinterpretación de los hechos. Vislumbré en su narración la idea de que la sociedad fue simplemente manipulada por los medios de comunicación (otro presidente que nos toma por estúpidos), y que era inocente de los sucesos. Como en este caso soy testigo de cargo –mis 47 años respaldan mi momento malvinero en carne viva-  tengo que recordarle a la presidenta que el triunfalismo de la prensa fue nefasto, pero que su influencia no resultó decisiva para que Jorge Abelardo Ramos (su ideólogo), los intelectuales nacionales y populares, la militancia peronista, la resistencia progresista, la CGT y tantos hombres y sectores que usted estima como parte integral de su proyecto hayan acompañado aquel "desvarío". Fidel Castro, Tomás Borge y García Márquez no fueron manipulados por los medios. Néstor Kirchner tampoco.

La presidenta acertó en algo: el plan original era izar la bandera en Puerto Argentino y después retirarse. Pero su explicación de lo que pasó luego no es justa:  acusa a los medios de haber lavado el cerebro de la gente y de haber convertido a Malvinas en "una causa masiva". Fueron los medios, siempre lo son. Qué fácil, ¿no? De esa manera todos los demás resultan inocentes. El problema es que el ímpetu malvinero anidaba en el inconsciente colectivo, antecedió al periodismo, sobrepasó a los militares, se extendió por el continente y logró una cohesión política inédita. La guerra de mi generación fue un acontecimiento extraño, aún no debidamente elucidado por los intelectuales, una asignatura pendiente del pensamiento, que exige cierta fineza en el análisis. Sólo nos avergüenza lo que fue genuino. Y la guerra nos avergüenza. ¿Por qué? No tengo respuestas. Nadie las tiene.
Corría el año 1983, me tocó la colimba, y por esas cosas de los militares ese año a los cordobeses nos mandaron a Buenos Aires y a Mendoza. A los porteños los repartieron por el sur. Me asignaron al Grupo de Artillería de Defensa Aérea 101, sito en Ciudadela. Este grupo había tenido una vital participación un año antes en el teatro de operaciones de Malvinas. Básicamente se trata de radares especiales con estaciones de tiro calibre 50 conectadas al radar madre y van girando conforme captan “aves en vuelo” medianamente rasante, y les disparan. Yo jamás había visto nada parecido. Estaba fascinado ante tanto exponente de tecnología. Claro, teníamos sólo 8, y cuatro se quedaron en Malvinas.
En el primer “baile” en la plaza de armas, recuerdo a nuestro Capitán Attías (sí, el padre de las modelos famosas), gritarnos a toda voz mientras nos torturaba con cuerpos a tierra, pararse-sentarse, y demás, la importancia de ser buenos soldados y entregar el cuerpo y el alma para… “volver a reconquistar lo que se nos había quitado…” Ese capitán pasó a mi lado, y me arrancó del cuello una cadenita que tenía yo con el símbolo de la paz, la tiró al piso y la pisoteó. Había también un sargento, de apellido López, encargado de la sala de armas, que nos decía: “yo partía troncos de ese tamaño (sic) en el lomo de soldaditos como ustedes, si no cumplían órdenes…”
Mi temor es que el aparato propagandístico del Gobierno haya recibido la orden de articular un nuevo relato sobre Malvinas, y que éste sólo sirva una vez más para castigar a los adversarios del presente.
El hecho de rememorar hechos que forman parte de lo más terrible que le ha pasado a muchos seres humanos soldados, y mentirles en la cara con un fárrago de inexactitudes propias de una ausencia total de rigor histórico, forma parte de la diatriba de este gobierno por intentar tapar el sol con la mano. La inmoralidad radica en pretender cambiar al pasado a conveniencia, para agitar y tapar el presente, respaldándose en una dirigencia que se ha tomado a pecho mentirle a la sociedad nueva. Y también forma parte de los derechos humanos tuertos, nacionales y populares.
Bucear en el pasado es necesario y saludable. Lo saben bien los psicoanalistas. Se trata de entrar en dolorosas -y a veces- demoníacas contradicciones, comprender nuestro lado oscuro y aceptar la ambigüedad que nos domina. Porque sólo a través de ese duro ejercicio se entiende, se cura y se cicatriza. Si le mentimos al psicoanalista o buscamos uno que soslaye la verdad indecible y nos invente un pasado a conveniencia, lo que haremos es profundizar nuestra neurosis.
Que ya es mucha.

martes, 14 de febrero de 2012

ALGUNAS PRECISIONES MACROECONOMICAS DE FEBRERO

Por Ariel Torres (sí, por AT!)

En estos días se ha instalado en la sociedad intelectual, de la mano de muchos economistas, la idea de que en estos años la teoría económica se ha corrido ideológicamente a la izquierda, esto es, más lejos de la ortodoxia y más cerca del keynesianismo.
Entendamos por keynesianismo la idea de que el Estado debe ser el solucionar en primera instancia –y no de última- de los problemas de un país.
Yo por mi parte creo que la ideología de cada época depende de los problemas predominantes en ese contexto. Cuando el problema era la inflación, por ejemplo, en los años 70, obviamente las recetas no podían ser keynesianas y hubo que buscar soluciones más en la línea de los Chicago Boys, es decir, más cerca de lo que hoy se llama “soluciones de mercado”.

Pero cuando los problemas en los países centrales son la recesión y el riesgo de depresión con deflación, aquellas políticas definidas como keynesianas son muy bien recibidas.
Como vemos, más que una cuestión ideológica, como la quieren plantear, es una cuestión de la realidad.

La teoría económica y las políticas económicas que se extraen de la realidad tienen que ser definitivamente de índole pragmático. Allí es donde quiero pararme para analizar el comportamiento de este gobierno. Después del desastre del 2001, con un maxidevaluación y un corralito financiero que dejó a las familias exhaustas de fondos y furiosas por la incapacidad política, el gobierno de Duhalde primero y el de Néstor Kirchner después, se hicieron eco de una solución keynesiana.
Arrancó así el modelo nacional y popular, con énfasis en la demanda pero sin metas de inflación, recaudación fiscal récord con fiesta de subsidios y todo lo que ya conocemos.

En síntesis, una muestra más de la incapacidad de los que nos dirigen, para pensar en el mediano –no ya el largo- plazo. Claro que, obviamente, era un modelo con plazo fijo, como queda demostrado con la ya instalada “sintonía fina”, un eufemismo de la palabra ajuste.

Este reconocimiento de la dirigencia respecto de la nueva realidad, podría enmarcarse como pragmatismo, esto es, defender una idea pero dentro de un contexto actual. Eso hacen los grandes líderes. Los estadistas.
Nuestra presidenta no es ni lo uno ni lo otro, puesto que desconoce las premisas más básicas de la administración democrática, pluralista, y republicana. Es ni más ni menos que por estas ausencias, que está muy lejos de pasar a la historia, como es su máximo deseo, además de perpetrarse en el poder, claro está.

Al no reconocer la inflación ni ocuparse de ella, hipotecó la posibilidad de una devaluación administrada, que sería muy útil en este momento de tipo de cambio real retrasado, y para impulsar mayores exportaciones.
Del mismo modo, si baja la tasa de interés, desalienta el ahorro, promueve el consumo… y alienta la inflación. Nuevamente.
La baja de la tasa de interés debería alentar el crédito, pero nadie lo toma porque nuestro gobierno no alienta las reglas claras. Ergo, nadie invierte.
Si sube la tasa de interés, promueve al ahorro, pero aumenta el costo del crédito, lo que hace inviable cualquier inversión que no sea como capital propio.

Como su política de subsidios desalentó la inversión, hoy las importaciones de energía son monumentales (U$S 10.000 millones), y se llevan gran parte de la torta de importaciones que compensan las exportaciones… y amenazan la balanza comercial. Por eso la necesidad de controlar el flujo de divisas… divisas que necesita el gobierno para pagar esas importaciones, necesarias para nutrir de energía al país.
Energía que no pudo ser emulada localmente por las tarifas artificialmente bajas que mantuvo, en detrimento de la inversión que las empresas adjudicatarias ya no pudieron hacer.

La solución es atacarlas hoy por haberse llevado las exiguas ganancias al exterior y repartir dividendos. Dividendos que en el mayor de los casos, correspondían a una ganancia del 5%, basta con ver los balances públicos de las adjudicatarias. Jamás podrían haber hecho frente a inversiones en exploración, que en muchos casos involucran a más del 20% de lo efectivamente facturable.

Conjuntamente a todo esto, resulta admirable ver moverse a Moreno persiguiendo a los industriales para que no aumenten el dulce de leche… sin darse cuenta que el pote que era antes de medio kilo, hoy es de 400 gr. Y lo pagamos todos.

Es muy complicado barajar y dar de nuevo, si para jugar a la escoba sacaste los 8 y los 9… y no los volviste a poner.
O si para jugar al truco sacaste la sota… y la dejaste afuera.

QUE SIGNIFICA, PARA MI, SER BLOGGERO

En el universo tan inconmensurable que es Internet, alguien en algún momento creó una herramienta a mi modo de ver, fantástica: el blog. No sé quien fue, ni cuál fue su intención primaria, pero la idea no sólo fue bienvenida, aplaudida y festejada, sino también, excepcionalmente aplicada.

El blog, básicamente es la herramienta para que cada uno de nosotros crea que es un poquito dueño del aire virtual; es tener nuestro propio espacio en el arte del limbo informático por naturaleza; es el sueño del terrenito propio donde edificar ideas, plantar pensamientos, y compartir información.

Sí, información. Porque de eso se trata esto, de informar… ergo: compartir.
Hace poco un amigo me preguntó “que era eso de los blogs y no sé qué, porque me gustaría escribir mis cosas…” Y le expliqué lo que era. “Ah, no, pero no hay copyright ahí, entonces no me gusta…” me contestó. A lo que le expliqué que si quería eso, que editara un libro, y si quería reconocimiento, que se sentara a ver cuántos vendía. Ahora, si lo que quería era compartir, pues el blog es una herramienta espectacular. Y gratis.

Pues bien, ese amigo me leyó, y le gustaron algunas cosas… hasta que se dio cuenta, como muchos otros, que algunas cosas que yo escribía no eran mías… entonces me atacó, entre enojado y desilusionado. Hasta acá la anécdota.

Ser bloggero es todo lo que escribí más arriba, y un sinnúmero de cosas más, que sólo atañen a la personalidad del que escribe. Se puede escribir en prosa, en verso, con espíritu librepensador, o crítico, o informador… pero esencialmente lo que uno hace es compartir ideas: que pueden ser propias, o ajenas adornadas con nuestro toque, o simplemente citadas o emuladas.
Algunas notas son tan buenas, que las expuse sin cambiar ni una coma, ni el título siquiera. No hay ánimo de plagio, obvio.
Con el simple objetivo de informar.

Hace poco instalé en el blog una nota que me pareció espectacular y la saqué del diario La Nación. Como no era una editorial, no estaba firmada, la copié y puse en mi muro, con algún agregadito. La mandé al Facebook y al Twitter. Tuvo una acogida impresionante, gustó, encantó, fue escenario de críticas, diálogos y disputas. Nadie la había leído en el diario, no importa porqué… pero lo que hice sirvió para que se enteraran, y lo leyeran –de segunda mano- en mi blog.

Lo compartí. Como hago con todo. Es mi personalidad. Es mi blog. Hago lo que quiero, digo lo que quiero y escribo lo que quiero. Un ejercicio que me ayuda a tener la cabeza limpia, más clara, más útil.

Como saben, soy economista, y mis blogs más técnicos también están nutridos de la realidad semántica e intelectual de colegas. Eso es lo bueno de esto: enriquecer ideas. Hace poquito leí uno de mis blogs emulado por algún bloggero que se permitió la licencia de sumarle gráficos y tendencias. Le quedó espectacular, lo voy a copiar.

La esencia del Blog, para Ariel Torres, es compartir ideas, desentrañar tendencias, informar a todo el que me lee, con la agradable sensación de haber puesto ante sus ojos, algo que no había suscitado su atención por otro medio.

Para los fundamentalistas, está el anonimato total… o las mieles del éxito. Pero para eso hay que arriesgar mucho más. Y hay que tener con qué…

A mí, por ahora, me da para el blog.

Ariel Torres

jueves, 9 de febrero de 2012

Militantes de la buena onda

Uno le pone onda. Lo intenta, al menos. Trata de que la alegría del año nuevo no dure lo que una cañita voladora. Busca conservar hasta donde se pueda aquella sonrisa de brindis. Sonrisa un poco lela, es cierto, borracha de agotamiento por el año que termina, descerebrada quizá por las corridas de diciembre. Pero sonrisa al fin. Hacemos el esfuerzo, decía, pero entonces distraídamente, en un día de vacaciones, la mirada se nos va hacia un título de diario y recordamos que el mundo está a un paso del abismo económico. Que muchas cosas pueden cambiar de un momento a otro si China se estanca o el euro sucumbe, y nos enteramos de paso de que en Gran Bretaña (nada menos) alguien opina que éste es un país colonialista, y un poco nos brotamos, para qué negarlo.
Pero sigue el verano y siguen los efectos del año nuevo. Y hacemos como que no vemos ni oímos y seguimos tratando. Hacemos lo que sea para mantener viva la esperanza de un mejor año. Recordamos aquello de "Por un país en armonía, donde todos tiremos para el mismo lado" que alguien propuso como brindis y que en ese momento nos pareció tan atinado. Imaginamos cumplidos esos deseos y también las promesas hechas entre copas y medianoche. Es decir, lo intentamos. Le ponemos onda. Pero entonces vemos en una tele cualquiera, todavía con pocas ganas de empaparnos de realidad, que en Famatina un pueblo entero se une contra una minera y alguien, el exaltado de turno, establece un paralelo entre el reclamo ambientalista y el régimen nazi. Y nos decimos ésta ya la vi. Pero no bajamos los brazos. Después de todo, como tantos, somos militantes de la buena onda. Pero otro día otro exaltado anuncia que es traición a la patria hablar de poskirchnerismo. Y prefimos entender que hay más de uno anotado en el concurso La gansada del verano.
Igual, seguimos adelante. Buscamos no desanimarnos. Todavía hay tiempo para salvar el año. Ya se acaban las vacaciones y cuesta echar a rodar la pelota, pero vamos, 2012 está en pañales. ¡Que no decaiga! Y nos damos ánimo porque voluntad es lo único que sobra. Pero entonces nos enteramos de que la cosa entre Cristina y Moyano va de oscuro para negro, y hacemos nuestras cuentas y preferimos no imaginar adónde se va a dirimir esa batalla. Y antes de alcanzar a ponerle la mejor cara al mal tiempo empezamos a percatarnos de que las tarifas se fueron todas por las nubes. ¡Al mismo tiempo! Esto es un desafío a la buena onda, nos decimos. Pero no podrán con el optimismo: este año nació para triunfar y va a triunfar. Y entonces con la fiebre cristinista todavía elevada alguien nos informa que no se trata de aumentos, sino de redireccionamiento de subsidios. Y extrañamente el eufemismo pone algo en ebullición. De pronto nos descubrimos apagando luces apagadas, ahorrando monedas para el gas del invierno y haciendo números para ver si el propio redireccionamiento irá por el lado del asado o de las figuritas de la nena. Sobre todo, vaya sorpresa, de golpe nos encontramos con un poco menos de onda. Pero el año recién empieza. Con lo que queda podemos remontar cualquier pálida. ¿Qué? ¿Qué dijo? ¿Un destructor nos mandan?

Pasiones patriotas y patrioteras

"Los gobiernos deben evitar la tentación de incurrir en discursos que transformen el patriotismo en patrioterismo con el objeto de distraer la atención pública de políticas económicas de ajustes en un contexto de crisis estructural y alto desempleo."
Adivinanza: ¿es ésta una reflexión sobre lo que debería hacer el gobierno británico, un consejo que Londres le dio al gobierno argentino o sabiduría de autor anónimo que, como en los libros de autoayuda, cualquier gobierno puede hacer propia para lograr un destino más saludable?
Aun si no hubiera leído el comunicado completo que nuestra Cancillería emitió el martes, el lector perspicaz acertó: se trata de una recomendación que le hizo el gobierno de Cristina Kirchner al gobierno de David Cameron. Porque si hubiera sido para la Argentina habría dicho "? con el objeto de distraer la atención pública de políticas económicas de sintonía fina". Ya que ajustes, como se sabe, acá no tenemos ni tendremos. Tampoco crisis (¿o los flemáticos aquellos se creen que como todos los años nuestro Congreso renueva una la ley de emergencia económica vivimos en otro estado que el la bonanza sostenida?) Y menos hay alto desempleo, todo lo contrario, ya vamos camino a la tasa de desocupación negativa.
De todos modos, el plural utilizado por nuestra diplomacia confunde. ¿Por qué habrán puesto que "los gobiernos" deben evitar la tentación patriotera? ¿Mero lenguaje pontificio? ¿Qué gobiernos? ¿Habrán querido referirse a los descompasados de Cameron y de Galtieri? ¿Aludirán, en cambio, al actual ocupante de 10 Downing Street, los anteriores inquilinos (de Meryl Streep, perdón, Thatcher en más) y los que vendrán? ¿O en definitiva los analistas, no los políticos sino los freudianos, dirán que la prosa oficial testimonia una admisión reprimida de patrioterismo distraccionista por parte del redactor?
Los resortes psicológicos, sobre todo el de la proyección, parecen estar a la intemperie en esta remake descafeinada en la que vuelven a Malvinas los principitos y los barcos misilísticos. Y en proyecciones, mecanismo de defensa (sic) por el cual un sujeto le atribuye a otro los propios motivos, deseos, emociones y pensamientos, no estuvimos solos. Increíble pero cierto: el primer ministro de la nación imperial que llegó a tener colonias desparramadas por todo el planeta nos puso el epíteto de colonialistas. Que es como si para menoscabar a alguien Robledo Puch le dijera despiadado.
Justamente, el exabrupto de Cameron contribuyó a refrescar en Londres y en Buenos Aires, de manera simétricamente efervescente, esas pasiones patrióticas y patrioteras tan bien descriptas por nuestra Cancillería.
Otros textos oficiales quizá deberían explayarse más en detalle sobre el conglomerado conceptual patriótico, en especial porque mientras se practicaba la filosa esgrima verbal con los ingleses el vicepresidente Amado Boudou decía, en el marco de una reunión política doméstica, que hablar de poskirchnerismo es traición a la patria. Homologar los criterios patrióticos en los planos nacional e internacional tal vez ayudaría a que los ingleses entiendan que nuestros consejos van en serio. Y son sólo para ellos.

Toda la vida tiene música hoy


El flaco era distinto, era un distinto. Un tipo con una capacidad para componer, arreglar y "sonar" única, irrepetible. Cada disco suyo te exigía, su música te exigía -te exige- Spinetta estuvo siempre aliado a la sutileza, siempre sugiriendo, siempre guiñando un ojo. Siempre ahí, siempre cerca pero sin llegar, siempre informado, siempre atento a qué sonaba en el mundo pero muy consciente de que tenía que producir algo suyo, mensurando de manera genial la distancia entre la inspiración y la copia. Pudo, por caso, fascinarse con la Mahavishnu Orchestra pero nunca sonó a McLaughlin. El flaco tuvo el inmenso valor de trasuntar un género musical venido de afuera y ponerle una impronta suya, el flaco hizo a su manera una música de Buenos Aires, única, algo similar, podría convenirse, a Piazzolla. Tanto uno como el otro investigaron y abrieron caminos que sólo ellos podrían transitar. El callejón musical de Piazzolla sólo pudo ser transitado por el propio Astor, y cualquier intento por fuera difícilmente obtendrá resultados alentadores. Con Luis Alberto Spinetta pasa algo similar: nadie podrá explorar su callejón porque sólo él conocía cada adoquín, cada recoveco.

Cuando andás buscando algo en la radio y está sonando un fragmento instrumental de un tema de Spinetta, te das cuenta rápido que es él, porque Spinetta sólo sonaba a Spinetta. Hizo un producto único e irrepetible. Por eso me atrevo a decir que desde lo musical, su deceso es en términos de pérdida similar a los de Atahualpa Yupanqui y Astor Piazzolla, porque el flaco se las tomó de eso que se denomina rock hace muchos, pero muchos años. 

Siento una pena sin fondo, que se agranda segundo a segundo. Y nadie me va a sacar de encima la sospecha de que el maltrato de cierta prensa asquerosa aceleró su partida. Porque el flaco no se merecía tanto maltrato.

Suena "Muchacha" y "A esos hombres tristes", suena "Barro tal vez" y "Amenábar" explota con imágenes de un Tres Lomas caluroso la siesta en que llegó a mis manos el vinilo de "Alma de diamante". Y "Toda la vida tiene música hoy" y "Viento del azur", y "la bengala perdida" y quiero llorar porque se me fue uno de los músicos más respetado como artista y como tipo.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Enemigos rotativos

En los primeros años del kirchnerismo el tipo de cambio era hípercompetitivo debido a que perduraban los efectos de la megadevaluación del 2001. En aquellos tiempos eran castigados públicamente los economistas que promovían un peso más fuerte como parte de una política antiinflacionaria. Hoy, con un dólar significativamente más caro, es el "Club de los devaluacionistas" el que es criticado desde los atriles presidenciales. En el ínterin, el Gobierno pasó de comprar dólares para mantener su valor y acumular reservas a venderlas baratas para que no se dispare la cotización de la moneda estadounidense.
Curiosamente, cuando nuestro tipo de cambio permitía exportar y sustituir importaciones con relativa facilidad, los subsidios eran un ingenioso mecanismo para proveer a las empresas y familias servicios públicos a "costo argentino" en lugar de a su valor internacional. Ahora, cuando ya no es tan sencillo competir con el mundo, los subsidios son un esquema injusto aprovechado sin pudor por hogares adinerados y cúpulas empresariales que utilizan ese dinero para abonarse a sí mismos sueldos astronómicos.
El novedoso "modelo de acumulación de matriz diversificada con inclusión social" se oponía al neoliberalismo de los ´90 y también al esquema vigente a fines del siglo XIX, que era de naturaleza extractiva y orientado a la exportación. Hoy la explotación minera es defendida sin prestar excesiva atención al valor agregado local porque la exportación de lo producido traerá dólares frescos. Los ambientalistas de Gualeguaychú eran defensores de un patrimonio vital; hoy las ONG ecologistas son criticadas por la Presidenta por circunscribir su interés a nuestro territorio continental.
En 2005, los chinos eran aliados estratégicos que iban a traer inversiones por 20.000 millones de dólares, a cambio de los cuales se favoreció su ingreso a la Organización Mundial de Comercio. En 2012, son un peligro potencial del cual hay que protegerse, impidiendo a toda costa que sus productos ingresen al país.
El kirchnerismo forjó en sus comienzos una interesante alianza con el centroizquierda, y desde esa posición enfrentó exitosamente a las estructuras más tradicionales del peronismo. Sin embargo, más adelante se asoció a éstas últimas como un vigorizante en momentos de debilidad, tan sólo para abandonarlas luego, reemplazándolas por La Cámpora a la hora de conformar las listas para las elecciones de 2011. Daniel Scioli mutó varias veces : primero vicepresidente, luego castigado por librepensador, posteriormente convocado como candidato a gobernador, llegando a ser tan emblemático para el proyecto como para ser parte de las candidaturas testimoniales. En la actualidad no es confiable nuevamente , por lo que precisa un cancerbero como Mariotto. TambiénHugo Moyano parece haber cambiado : dejó de ser un aliado incondicional que defiende los intereses de los trabajadores para transformarse en un intransigente irresponsable, mientras Boudou se ufana de que la Presidenta tiene un diálogo directo y sin intermediarios con los trabajadores.
La participación de capitales nacionales en YPF -promovida y hasta seleccionada por el propio Néstor Kirchner- constituía hasta hace menos de dos meses un dato clave en el comportamiento virtuoso de la empresa en los nuevos descubrimientos realizados. Pero cuando escasean los fondos públicos que emparchaban la mala o nula planificación del gobierno nacional en materia de energía, esa compañía pasa inmediatamente a estar manejada por financistas locales que no cobran dimensión de la responsabilidad que ahora tienen dentro de la matriz de energética argentina.
Algunos de los medios y periodistas que en una primera etapa apoyaron las políticas kirchneristas se han convertido hoy en cipayos o traidores que ocultaban la apropiación de bebés durante la dictadura. Y Clarín dejó de ser un aliado cuyo poder acumulado no inquietaba tanto como para impedir la fusión de Cablevisión y Multicanal para adoptar el rol de un multimedio que miente.
No caben dudas de que la acción estatal enfrenta siempre poderosos intereses que se encuentran profundamente arraigados. Pero que éstos muten tanto de cara a un proyecto nacional y popular que se supone inalterable resulta llamativo. La cuestión parece entonces transcurrir por otros carriles: la falta de una planificación inteligente y de una visión sistémica genera continuamente problemas nuevos, y en cada solución improvisada se incuba un futuro inconveniente. Como a la hora de corregir tardíamente el rumbo el Gobierno no acepta jamás sus errores previos y debe por tanto seleccionar un nuevo adversario, que es el causante de sus flamantes desvelos. Instala así un mecanismo casi aleatorio de enemigos rotativos.
Como escribió alguien en las redes sociales, con tanto vaivén estamos ya a un paso de no entender si YPF o Aerolíneas son públicas y privadas. Dentro de unos años, cuando la siguiente generación nos pregunte cómo eran ambas en nuestros años, la secuencia del minué será compleja de recordar. Y no será lo único difícil de explicar.

martes, 7 de febrero de 2012

La Argentina va en contra de la lógica de Steve Jobs

El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, se acercó a Steve Jobs en una reunión con popes de Silicon Valley y le preguntó por qué no hacía el iPhone en su país, para crear más empleos. El fundador de Apple fue categórico: "Ese trabajo no volverá a hacerse aquí".
La anécdota sirve para entender cómo funciona el desarrollo industrial en el mundo actual. Apple se ha convertido en una de las compañías más conocidas, admiradas e imitadas, en parte, a través de un dominio implacable de las operaciones globales.
A contramano de esa tendencia, en la Argentina se afirma que las trabas a las importaciones son para crear y proteger el empleo de la mano de obra local. El fin es loable, pero la estrategia es cuestionada por muchos economistas, en un mundo donde lo que tiene éxito es la incorporación de un país en una cadena global de valor. Es decir, hacerse fuerte y competitivo en alguna tecnología determinada, y convertirse en proveedor mundial de ese eslabón.
Carlos Magariños, ex director de la Organización de Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial, coincide con Jobs. Según comenta, las empresas nacionales que pasan a jugar a nivel internacional lo hacen a través de cadenas globales de valor. "La iPad es un buen ejemplo. Los norteamericanos desarrollan y tienen la regalía, pero los subcomponentes los fabrican en China y América Central", explica. "Eso funciona así en todo el mundo."
En todo el mundo... menos en la Argentina, donde se impulsa la industria nacional aun en aquellos productos donde el país no es especialista o no tiene ventajas respecto de sus competidores, como en celulares, electrodomésticos e indumentaria, entre otros.
Pero Fernando Grasso, director del departamento de estudios económicos de Adimra, la asociación de industriales metalúrgicos, disiente: "Tengo una valoración positiva de la administración del comercio. Creo que marca un rumbo adecuado en términos de realizar un uso más eficiente de las divisas, favoreciendo la integración nacional de las diversas cadenas de valor, la generación de valor y, en consecuencia, el crecimiento y la inversión".
Magariños dice que la política de sustitución de importaciones de los 70 y 80 estaba diseñada para controlar la excesiva salida de divisas, por la caída en los términos de intercambio. "Pero hoy no es así, porque las clases medias emergentes en China y la India empujan el precio de nuestras materias primas. Las commodities agrícolas están altas y los bienes industriales pierden valor, por eso la lógica hoy es meterse en una cadena global de producción", opina. La Argentina, sin embargo, parece estar iniciando el camino inverso.

lunes, 6 de febrero de 2012

Cuándo se jodió la economía K?

Valga, ojalá, el verbo del título en esta columna seria de un blog serio, porque está tomado de esa pregunta que se formulaba Mario Vargas Llosa en Conversación en la Catedral : "¿Cuándo se jodió el Perú?" ¿Es apropiada una pregunta análoga para una economía que, con luces y sombras, creció de manera respetable en los años kirchneristas? Después de todo, la Argentina logró sumarse al crecimiento de los países emergentes e incluso recuperar el terreno perdido frente a sus vecinos en los años de crisis.
Sin embargo, las sombras se van haciendo más largas ahora que la luz del alto crecimiento se esconde en el poniente: la inflación; la pérdida gradual de competitividad; la tasa de interés inflada por ese default en la prosperidad que fue la manipulación de las cifras del Indec con que se actualizan los bonos indexados; las regulaciones e impuestos al comercio exterior, no empardados en el mundo capitalista; los controles cambiarios comparables a los que rigen en Venezuela e Irán.
Con el segundo mandato de Cristina, la política económica parece estar delineando una nueva fase del modelo: la DesIndustrialización por Sustitución de Importaciones (DISI). Caricatura de su antecesora de mediados del siglo pasado -la recordada ISI, Industrialización por Sustitución de Importaciones-, la DISI comparte con aquélla el instrumento de los permisos previos de importación, pero es recesiva por anacrónica: en una industria que se adaptó durante 20 años a la globalización, son muchos más los sectores perjudicados por el control masivo a las importaciones de sus insumos que los beneficiados por la desaparición de la competencia importada en el mercado de sus productos.
¿Cómo llegamos a un esquema que parece asegurar el final del ciclo económico K tal como lo conocimos? Económicamente, la segunda presidencia de Cristina se inició en los últimos días hábiles previos a la elección de octubre, cuando finalmente llegó ese horizonte tan temido contenido en la frase: "Hasta las elecciones no van a devaluar". La mera posibilidad de una devaluación para corregir el incesante deterioro de la competitividad generó la corrida de octubre y desembocó en los controles cambiarios de noviembre. La escasez de dólares, incluso en el mercado cambiario oficial, dio lugar a la consagración final de Moreno como cancerbero de la economía argentina.
En última instancia, pues, llegamos a la DISI y los controles cambiarios por un problema previo que viene desde hace tiempo: la convivencia imposible entre precios que suben por el ascensor y dólar que va por la escalera. El atraso cambiario resultante es diferente de otros (por ejemplo, el de Brasil) porque es más costoso corregirlo con una devaluación, que en un contexto inflacionario implicaría, menos tarde que temprano, un aumento proporcional de los precios.
La entrada al laberinto en que se encuentra hoy la economía K debe buscarse, entonces, en un momento no tan reciente: en la fecha en que la política económica eligió el camino de inflación alta con atraso cambiario. En el origen del problema está la adopción de la doctrina del Tipo de Cambio Real Alto y Estable (Tcrae). Ese credo postulaba que era conveniente para el país tener niveles de salarios en dólares comparables a los de la India o China, y que eso era posible manteniendo el dólar en niveles muy altos en comparación con los precios vigentes en el país. El dólar de 3 o 4 pesos de 2003 o 2004 que defendían los teóricos del Tcrae generaba un nivel de precios en dólares similar al que hoy se obtendría con un dólar de entre 10 y 14 pesos (según la fecha de que se trate), o la competitividad que hoy se obtendría (dados los movimientos internacionales de precios) con un dólar de entre 7 y 10 pesos. Créalo: en aquella época discutíamos si un dólar cerca de $ 10, a valor hoy, era o no un dólar alto e inflacionario. Claro que lo era.
CONFUSION COLECTIVA?
Padecimos una gran confusión colectiva al adoptar el Tcrae como política oficial? No completamente colectiva. Había entonces una alternativa, y es posible establecer una fecha exacta en la que se decidió no adoptarla. La administración Prat-Gay del Banco Central tenía programada la adopción explícita del sistema de metas de inflación -como el de Brasil, Chile, Australia, entre otros- a partir de 2005, que habría implicado una flexibilidad cambiaria en ambas direcciones, no sólo ascendente. Pero por ese motivo fue reemplazado el 24 de septiembre de 2004 por una conducción más manejable para el dúo Kirchner-Lavagna. De aquel intento de Prat-Gay de adoptar un esquema monetario menos telúrico que el Tcrae sólo quedaron los Informes de Inflación, una publicación trimestral del BCRA que al poco tiempo se transformó en uno de los testimonios más tristes de la manipulación de las estadísticas en la Argentina.
¿De qué sirve esta historia contrafáctica? ¿Para qué imaginar hoy lo que pudimos haber sido y no somos: un país emergente de crecimiento alto, inflación baja y sin cepos asociados al temor a devaluar? Sirve para recordar, la próxima vez, una de las lecciones de Robert McNamara en ese delicioso documental llamado The Fog of War : cuando no estamos seguros como país si estamos haciendo lo correcto, miremos qué hace el resto del mundo. Si estamos haciendo algo muy diferente, sospechemos un poco de nosotros mismos.