miércoles, 22 de octubre de 2014

Vaca Muerta al placard

Por Ariel Torres


Con tanta información disponible, ya es un tema instalado el hecho de que Vaca Muerta es uno de los reservorios más grandes del mundo en términos de petróleo y gas, en su mayoría no convencional. De ahí el problema que surge cuando de extraer esos recursos se trata, puesto que los métodos a utilizar son relativamente modernos, y ante todo muy caros. La posibilidad técnica operacional de extraer esos recursos existe, pero la conveniencia económica dependerá siempre y en última instancia del precio del barril de crudo. Si el precio del petróleo cae por debajo de ciertos niveles, deja de ser rentable la utilización de estos métodos alternativos. Y el problema es justamente que el precio del petróleo se viene desplomando y alcanzó el nivel de 80 dólares por barril la semana pasada. Algo histórico.

En columnas anteriores he tratado de explicar alguna de las razones de la caída de ese precio, aunque en resumidas cuentas se trate siempre de una cuestión de oferta y demanda. En los últimos tiempos ha habido un gran aumento de la oferta de petróleo propiciada por el boom de la fractura hidráulica (fracking) en los EEUU. De hecho, Estados Unidos se ha convertido recientemente en el principal productor mundial de crudo extrayendo más de 11 millones de barriles por día, superando a Rusia y Arabia Saudita. Texas y Dakota del Norte producen el 50% del petróleo y han tenido buena parte de la responsabilidad en la recuperación económica de los últimos años.

De allí surge que la caída en el precio del crudo es en parte la consecuencia de un aumento impactante de oferta. Seamos un poco más gráficos y analicemos el crecimiento de los “horizontal rigs”, que son las perforaciones utilizadas para extraer shale oil:


La otra parte viene a cuento por la caída en la demanda mundial por desaceleración económica en Europa, China e India. Shock de oferta, disminución de demanda, igual a tormenta perfecta. Todo indica entonces que la tendencia a la baja en el petróleo continuará, y nadie sabe muy bien hasta donde. Justamente la dinámica propia de la oferta hará que algunos yacimientos de fractura hidráulica dejen de ser rentables, cierren y conlleven a una menor oferta de petróleo, o esa parece ser la lógica de los analistas. Lógica que por cierto no comparto. Ya en julio de este año, por ejemplo, Goldman Sachs se aventuraba a informar que con un barril en 85 dólares, muchos de estos horizontal rigs dejarían de ser rentables. El  Deutsche Bank indica –y allí sí concuerdo- que con un precio del crudo por debajo de 77 dólares, la mitad de los productores de shale oil se verán en serios problemas.

El viernes 17 de octubre el crudo cerró en 85 dólares por barril, dejando en claro que en estos niveles, no se justifica dejar de producir, pero de seguro no tiene sentido comenzar a buscar proyectos nuevos. De hecho en algunos mercados se habla que un eventual boom del shale oil está muriendo antes de haber nacido. Otra exageración sólo lanzada al ruedo por los especuladores de turno. Las acciones de las petroleras relacionadas con el negocio del shale oil y shale gas tuvieron caídas abrumadoras en Wall Street en los últimos 30 días, llegando en algunos casos al 40%. La conclusión pasa a ser muy simple: si a estos niveles de precio del barril deja de ser rentable el negocio en los Estados Unidos, con las enormes facilidades de acceso al crédito barato, nadie va a siquiera evaluar la posibilidad de hacer lo mismo en Argentina.

Entonces habrá que simplemente olvidarse de las inversiones externas en Vaca Muerta por un tiempo. Iniciar las inversiones masivas que se necesitan con un contexto de precio del crudo cayendo en picada, es algo que no hará ninguna petrolera internacional. Es sencillamente un suicidio económico. Por un lado cobra sentido la inversión pública en una empresa con participación estatal mayoritaria, pero eso se da de bruces con la realidad económica argentina, a la que no le sobra una moneda para tal fin, teniendo en cuenta que los niveles de inversión necesarios son multimillonarios, además –por cierto- de la consecuente necesidad de know how en este tema tan sensible, algo de lo que Argentina también carece.

Lo que me mueve a un comentario final: el gran aumento de oferta de petróleo por parte de Estados Unidos y esta caída en precios, si bien afecta negativamente a algunos productores, favorece a los consumidores (nafta más barata) y le da poder a los EEUU, ya que en este contexto es claro que Arabia Saudita pierde injerencia internacional, pero además con una caída en el precio del crudo se debilitan sensiblemente las finanzas de Rusia e Irán, dos de sus enemigos políticos de siempre.

El shale oil creció tan rápido –de la mano de la permanente iniciativa norteamericana al respecto- que empujó hacia abajo el precio del petróleo. Por ahora, Vaca Muerta va al placard. Nadie va a invertir con un barril a estos precios.

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