A esta
altura de las cosas, hay que reconocer que hay una parte del padrón electoral
que se reconoce no kirchnerista, pero que cree que hay muchas cosas que se
hicieron bien y que por eso los vota. Algo así como el que te dice que sin tener
problemas de alcoholismo, cuando sale de joda le gusta abrazarse a los postes
de luz. O el que te dice muy “suelto de cuerpo” que, más allá de conocer a
todos los travas de los bosques de Palermo, no es gay.
Esta
es la gente que putea a Amado Boudou por hacerle daño a la imagen de la década
ganada, y a Julio De Vido porque… bueno, porque hay que putearlo. De Guillermo
Moreno sólo les molesta que mienta con la inflación, aunque está claro que los
medios monopólicos exageran con la misma y que, en caso de existir, es culpa de
los comerciantes (…). Preguntados sobre el patrimonio de CFK, se relajan y
afirman que la justicia ya se expidió y no pudieron probar nada. Obviamente, se
trata de la misma justicia a la cual habría que democratizar.
Aseguran
a quien quiera escucharlos que no miran 678 ni prestan atención a los
somníferos escritos por Carta Abierta, por considerarlos argumentos progres que
no agregan valor. Precisamente por eso es que no se hacen cargo de la senilidad
de Orlando Barone, y menos aún participan de las denuncias de Sandra Russo o
Cynthia García cada vez que dan rienda suelta a las sospechas de complot de
sectores financieros que buscan controlar la economía (…).
Eso de
ser “simpatizante afín pero no kirchnerista”, emparentado con el kirchnerista
crítico, es una especie de manto sagrado para los que sostienen que todos estos
factores le hacen daño al proyecto, pero que no hay que prestarles demasiada
atención, dado que hacerlo es prenderse en el juego de los que buscan desgastar
la figura presidencial. Este delirio de ser y no ser choca de frente con un
punto básico e ineludible, dentro del análisis: quien eligió a Amado Boudou,
quien banca a Julio De Vido, quien paga los salarios de 678, quien defiende a
Moreno, quien manda a Kicillof, es la misma persona que se jacta una y otra vez
de ser la única que da las órdenes y de que nada de lo que pasa en su gobierno
se hace sin su aprobación. O sea.
Dentro
de esa facilidad que brinda no hacerse cargo nunca de nada, CFK puso blanco
sobre negro en su discurso del miércoles pasado –hace tanto ya- en Tecnópolis,
el cual debería ser enmarcado como máximo exponente del evangelio según Santa
Cristina, dado que fue una apología pornográfica de todos los latiguillos con
los que sus fieles devotos han intentado convertirnos.
No
habían pasado ni treinta segundos de su exposición, y CFK afirmó que “sin los
diez años de gobierno kirchnerista, no habría futuro en Argentina”. Aquel
cliché que reza “el país no termina en la General Paz ” se vio un
poquitín limitado después de las PASO, así que se trasladó a “el país no
termina en el continente blanco al sur de Tierra del Fuego” y ahora hay que
festejar que se ganó en la
Antártida , donde habitan un puñado de estatales que dependen
de la buena voluntad de Balcarce 50.
En ese
orden de cosas, cada vez que D’Elía trata de yankee a Sergio Massa “son solo afirmaciones
aisladas que no representan al conjunto”, pero ahí nomás fue Ella y tiró que en
Wall Street están contentos con el resultado. En tal sentido, cada vez que un terrorista
de las veinticuatro cuotas sin interés nos dice que no importa que Abal Medina
hable del pasado habiendo sido parte de la Alianza -dado que “es sólo su opinión”- hay que
mostrarle que Ella dijo que todos los demás son el pasado, menos su gobierno. Claro
que, al momento de recibir la justificación del desprecio al que no los vota
por parte de la prensa oficialista, hay que tirarles que Ella sostiene que los
votantes no cuentan, ya que Ella quiere reunirse con los que no están en las
listas.
Fueron
un verdadero poema los pucheritos, hombritos y montoncitos con los dedos, de
los que CFK hizo gala. Además de sus profundos conocimientos en materia
económica al sostener que “en economía cuando vos le das a uno es porque le
dejaste de dar a otro, no hay ninguna otra posibilidad”(sic). El concepto de generación
de riqueza no entra en su cabecita sólo hambrienta de poder, ni hace falta
calentarse para preguntarle cómo cree que existen países que mantienen su
calidad de vida a pesar de la constante expansión demográfica. Hasta se hizo el
tiempo para recordarnos que la costumbre de comprar dólares llegó con Martínez
de Hoz en los setenta -algo que no me atrevería a cuestionar- dado que pocas
personas deben saber tanto como Ella sobre la gestión del rey de la 1050.
Lo de
debatir sin agravios se dio de bruces con los insultos a todo el arco opositor
-y a sus votantes-, mientras algunos se preguntaban a quién le hablaba cuando
decía que las deudas “las generaron ellos (…) en anteriores gobiernos”, si el
que ganó la provincia fue Jefe de Gabinete de su gobierno, asesorado
económicamente por el ministro de Economía de Néstor Kirchner y el presidente
del BCRA que puso el desaparecido ex presidente.
El
estado de felicidad del kirchnerismo se tradujo en optimismo, tanto que las
palabras tranquilizadoras de Cristina sumaron su aporte y, en los últimos días,
pudimos ser testigos de la buena onda que reina en el gobierno y de la
seguridad que sienten por el futuro que les depara (cuac!). Luego de que el
programa Periodismo Para Todos pusiera al aire un informe en el que mostraron
que CFK “hizo una parada técnica” en el paraíso fiscal Seychelles regresando de
Vietnam, el amigo Parrilli emitió un informe en el que trató de Terrorista
Mediático –títere de Magnetto- a Jorge Lanata, tildando a su vez de “garcas” a
los miembros del Poder Judicial -en salvaguarda del orden institucional- y
afirmó que las denuncias son sólo con fines de promover la violencia. Algo de
razón le asiste al inútil lacayo puesto que todos los que vuelven de Vietnam
paran en el Atalaya de Seychelles para comprar medialunas, yo particularmente
prefiero el Minotauro de las Maldivas.
No
pasó ni un día y Parrilli volvió al ruedo para poner paños fríos declamando que
Clarín le hace la campaña a Sergio Massa, que el que está loquito y nervioso es
Lanata y que todas estas denuncias son para que la gente crea que Ella gusta
del lujo y preside un gobierno corrupto. Son puras infamias puesto que la
eterna empleada estatal multimillonaria compra la ropa en los outlets de
avenida Córdoba y que en la totalidad del arco kirchnerista no existe
absolutamente nadie que se haya quedado jamás con algún mango que no le
corresponda.
Cerrando
un finde sin desperdicio, Ella también se hizo eco del informe de PPT y tiró la
bronca por Facebook al denunciar la impunidad de los que denuncian la impunidad
(sí, tal cual). También afirmó que todo lo que se dice en contra del gobierno
es para atacar la memoria del que ya no puede defenderse, o sea de Néstor. Aquí
vale una aclaración: morir no salva. El hecho de contar con un impedimento
permanente para ejercer auto defensa no implica que no se pueda investigar ni
contar lo que haga falta contar. Es una verdad bastante estúpida como para
tener que aclararla, pero la condición permanente de estar mirando al cielo por
el resto de la eternidad, no es causal que justifique la inmediata suspensión
de una investigación.
Me
hace mucho ruido que no se pueda hablar mal de quien no puede defenderse, pero
sí se pueda decir que si Belgrano viviera, abrazaría al Modelo de Crecimiento
de Villas de Emergencia con base en impresión de billetes, y todo sin que nadie
se ofenda por la ausencia de opinión del padre de la bandera. Del mismo modo,
se podría crear una especie de Instituto Revisionista Histórico para que
indague en la vida de aquellas personas que, por cuestiones biológicas, se
encuentran impedidas de poder expresar su parecer sobre lo que se dice de
ellos.
En mi
humilde modo de entender las cosas, que no se pueda siquiera sospechar cómo es
que una mina que viajaba en bondi desde Tolosa hasta la facultad haya llegado a
convertirse en multimillonaria sin haber ganado diez veces consecutivas el
Quini 6, por el sólo hecho de que su marido ya no se pasea entre nosotros, no
es más que un mecanismo falaz y obsceno de buscar compasión.
Ya no
viene a cuento si la pesaban, no importa si se llevaron hasta los sobrecitos de
azúcar, no le hace si la juntaron con palas mecánicas. Lo que realmente
interesa es que Néstor se murió y no puede defenderse, aunque podrían hacerlo
los que supuestamente saben “la verdad”, y no me pasa el hecho de que Cristina nunca
hubiera sospechado cómo es que vivían en calidad de millonarios con el sueldo
de un gobernador, como si hubiera pasado los últimos cuarenta años de su vida
en estado catatónico sin preguntarse cómo es que el jardinero llegó a tener una
empresa o qué fue lo que pasó con el chofer municipal que terminó al mando de
medios de comunicación.
Ponerse
en víctimas de un orden superior a todo como forma de recuperar votos, es
tratar de idiotas a todos los que no los votaron, y sirve de botón de muestra
para que vayamos viendo qué nos espera en los últimos dos años de esta
concatenación de patinadas empíricas, delirios fundacionales y afano orgánico
que hemos denominado kirchnerismo.
No
todo puede justificarse.