miércoles, 5 de septiembre de 2012

Un día de esos...

Aqui estoy... siempre con el optimismo a flor de piel, aunque el alma se estruje un poco a veces. Dicen que la música aplaca a las fieras, y este tigre está triste, y solo. Quizás esta canción exprese más de lo que puedo decir:




Podría haberla escrito yo, y cantarla desde el alma.

Hace poco perdí a mi viejo, después de una corta pero penosa agonía. En ese tiempo me conecté con él lo más que pude, o al menos eso quiero creer. Cuando bajó a la tierra, sentí que bajé con él, y pude ver las líneas de las distintas capas de tiempo conforme bajaba... y no me gustó lo que ví. Años y años de hacer siempre lo que quería, sin detenerme en si estaba correcto o no, con la sensación de que mi vida acabaría pronto, y que el regalo de la existencia sólo se justifica si uno lo vive a pleno. 

Pero en estos dos meses todo se me vino encima. Siento que estoy donde no quiero estar, atado de pies y manos por las circunstancias, tratando de hacer lo que la mayoría hace: permanecer.

No quiero más esto. Tengo mucho trabajo que hacer, mucha muralla que destruir. Lo que pasa es que sido tan concienzudo en su construcción, que no sé por donde empezar. Mi cielo a veces se me cae encima. Mis ríos se desbordan por mis ojos. Mi sol se cubre de nubes. Pero mi espíritu jamás se quebró.

Vos me conociste bien, sé que mejor incluso de lo que expresás.

Y si me confundí con vos, o quise confundirte, debés perdonarme. Porque una vez me prometiste que nunca me abandonarías...

Y yo te creí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.