sábado, 2 de junio de 2012

Realidades de la Jungla Verde


Por Ariel Torres

Para aquellos que piensan que lo mío es ensañarme con el gobierno, les digo que últimamente lo que digo, lo digo con angustia: la crisis del dólar ha sumido al país entero en un debate terrible. Sentimos que el pavimento tiembla debajo de nuestros pies. Las discusiones son feroces. Por supuesto, los malos de la película son Moreno y Echegaray, que llevaron los perros a la City y ahora todo el país está ladrando.
Aquellos que hemos escuchado a nuestra presidenta en estos últimos días, la hemos visto confundida y peligrosamente desorientada, lo que me mueve al interrogante: está despistada o quiere despistar? Tiene 3 (tres!) palitos verdes y calificó de avaros a los que hacen lo mismo que ella: comprar dólares. Hay que ser tontín para mandar a nuestro hombre menos serio, Aníbal Fernández (también él bañado en verdes ensolves), a decir que ahora hay que pensar en pesos. La sospecha es que lo hizo para descolocar a Máximo, operador compulsivo del mercado de cambios: si al inútil nro. 1 le piden que no piense en dólares queda automáticamente fuera de juego.
De todas maneras, Cris siempre reacciona a tiempo: convocó a una reunión urgente en la Casa Rosada para buscarle un punto final a esta crisis. Qué ironía cruel: cuando más maduro creíamos que estaba el modelo, una corrida en la City lo puso a crujir. Sí, qué ironía: un modelo bien nacional, bien popular, bien peronista, amenazado por el "blue". Paradójicamente humorísitico... y real.
Lo llamativo fueron las ausencias. No estuvo Beatriz Paglieri, la vocera más talibana en este tema. Se iba a hablar de la corrida, y ella, de tanto decirlo, está convencida de que no hay corrida. Tampoco invitaron a Lorenzino, porque sospechan que no sabe que hay una corrida. Aunque hay que destacar que el primero en hablar fue Máximo; dijo lo siguiente, y perdón porque voy a ser textual: "Che, no jodan con el dólar".
Inmediatamente habló Robin -aunque no tengo en claro quien es Batman- Kicillof. A mí me cae en gracia que siga intentando vendernos un Marx moderno, kirchnerista y de Puerto Madero, pero me pongo como un bicho cuando no logro entenderlo. Balbuceó algo así como que "sólo hay una forma de encauzar la heterogeneidad estructural del entramado productivo argentino y devolverle competitividad al modelo industrial de matriz diversificada y popular: la planificación estatal". Lo que?  (Cuac y Re Cuac!)
Quería hablar Aníbal, después de Kicillof, pero no lo dejaron.
Y llegó el momento del impresentable Moreno. Fue un mensaje lleno de templanza y sabiduría económica. "Yo le voy a demostrar al mercado quién las tiene bien puestas. A esos cornudos de la City los voy a correr con los perros y les voy a hacer vomitar hasta el último dólar". Pareció el gol de Maradona a los ingleses, claro que los que lo aplaudieron son los mismos que le echan la culpa de lo que está pasando, y forma parte de lo extraordinariamente difícil que somos de entender los argentinos. 
Después el impresentable le cedió la palabra al bulldog Echegaray: "Los perros de la AFIP están cumpliendo su misión -dijo-. Donde ven un dólar, muerden". Yo pensé: si donde ven un dólar, muerden, ya son recontra K (cuac para mi...).
De nuevo quiso hablar Aníbal, y se lo volvieron a negar. Lo mandaron al rincón a pensar.
Y entonces llegó el turno de Batichica Marcó del Pont. "Esto es apenas una ola, a la sumo dos, como mucho tres, pero no es un tsu-nami. El Banco Central tiene espaldas para enfrentar la coyuntura. Es cierto, se están fugando 600 millones de dólares por semana; es cierto también que se nos está complicando el pago en agosto de los 2200 millones de dólares del Boden 2012; es cierto que si intentás desdolarizar te terminan desdolarizando a vos; es cierto que no sabemos muy bien qué hacer; todo eso es cierto, pero tranquilos: cuando se vayan las olas, el país va a quedar seco." Es cierto.
En realidad, ya está seco de ideas... de ideas claras, digo.
Entonces, el Guasón De Vido dijo: "Che, si lo de YPF nos salió tan bien... Por qué no nacionalizamos los dólares?"
Se volvió a escuchar a Máximo: "Se ve que no me escucharon: no me toquen el dólar!"
La viuda eterna escuchaba y no intervenía. Me da un poco de cosita cuando la veo así, calladita. Pero sé que su cabeza funciona a mil, y casi nunca para bien. Si yo hubiera estado allí, me habría animado a decir: "si bien yo de esto no entiendo mucho, sólo sé que cuando empezaron los controles se descontroló todo, eh?".
De nuevo agarró el micrófono Kicillof, y esta vez fue al hueso: "Tenemos que ir a un tipo de cambio múltiple: un dólar para importar, otro para exportar; un dólar para el turismo que viene, otro para el que se va. ("Otro para los amigos!", pidió Aníbal, pero lo mandaron al rincón de nuevo), y un dólar financiero. Es muy simple -resumió el zurdito de cama caliente-. La crisis del dólar se resuelve con más dólares". Se ganó la segunda ovación. Máximo gritó desde Santa Cruz: "¡Sí, más dólares, más dólares!"
Primero paguen el Boden 2012, y después hablamos...
Cuando estaban por irse todos apareció nuestro George Clooney criollo, Boudou, que venía de un ensayo con La Mancha de Rolando. Sonrisa amplia, bien empilchado, con un nesspreso en la mano, winner total. La señora lo había llamado sólo para molestarlo a Kicillof, que no lo tolera, ya que consejo económico. El vice está para otra cosa (???). Pero Amado hizo su aporte: "Vandenbroele me asegura que Ciccone también puede imprimir dólares", dijo...
Allí fue cuando de repente se silenció la sala y un murciélado cruzó de una cortina a la otra. Habló Cris. Todos se miraron. Se inclinaría por el cambio múltiple de Kicillof? Seguiría el consejo del inútil heredero, de no hacer nada que perjudique al verde billete? Aceptaría la sobreactuada prudencia de Batichica? Les daría más perros a Moreno y Echegaray? Pues no, nada ocurrió en ese sentido, ni en ningún otro. Alejándose de la economía, a la que detesta, se acercó más al kirchnerismo: "Señores, no pierdan más el tiempo. Acá no hay crisis. Profundizaremos el modelo. Adiós."
Y quedó el halo de Cristina flotando, en una invitación a pensar en lo genial de su aporte. Hay que decir que la determinación de la viuda es más fuerte que una corrida, la inflación, la recesión y los cacerolazos juntos; más fuerte que el desabastecimiento, que el cimbronazo inmobiliario y los conflictos con medio mundo por cerrar nuestras fronteras. Su determinación es más fuerte que la realidad.
En cuatro palabras: Ella es el Relato.

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