martes, 28 de abril de 2015

Supervivencia y Liderazgo

Por Ariel Torres


Existe un preconcepto generalizado que se basa en suponer que los líderes actuales disponen de gran espacio y poder para tomar decisiones y definir estrategias. Sin embargo, la experiencia demuestra lo contrario: el valor del líder actual pasa por su capacidad de generar alternativas innovadoras de valor a sus colaboradores, accionistas y clientes con un manejo muy limitado de variables y un uso fuerte de la creatividad.
Y viene a cuento una historia que me contó un amigo de esos que siempre tienen anécdotas a mano: tiene que ver con los esquimales, y resulta que estos tipos habitan los territorios más inhóspitos del planeta, por lo que han desarrollado capacidades para discernir más de 30 tonalidades diferentes de blanco, en el hielo. Así que, cuando trato de definir las habilidades y capacidades que debe tener un Líder actual, por alguna razón siempre me viene a la cabeza la capacidad de percepción y supervivencia de los esquimales.
Cuando hablamos de nueva generación de profesionales no hablamos solamente de gente más joven, sino que hay otros aspectos clave que inciden más en el cambio generacional:
·         La transición del verticalismo a las decisiones compartidas: la complejidad y aceleración en los cambios tecnológicos hacen imposible que una persona tenga una visión completa y actualizada, el rol del líder es lograr que los equipos se expresen en su máximo potencial creativo actuando como facilitador.
·         La diversidad como fuente de oportunidades: hasta hace algunos años se hablaba de aceptar la diversidad, hoy se trata de fomentarla y lograr a partir de la riqueza que genera resultados humanos y empresarios superiores. El talento no viene en envases estandarizados y, en consecuencia, está incómodo en organizaciones rígidas.
·         La responsabilidad social: el rol de la empresa y de cada uno de los integrantes de su equipo como actores sociales activos para la mejora de la sociedad en la que se desempeña debe ser promovido desde el liderazgo. De nada vale una empresa con excelentes resultados que no esté positivamente integrada con su comunidad.
·         Y, por último, y quizás el más importante, la coexistencia con la incertidumbre: las decisiones se toman con información incompleta y cambiante, tener información exhaustiva es prácticamente imposible, y esperar hasta tenerla deja espacio para competidores más ágiles.
Quedó muy lejos en el tiempo eso de que las opciones se planteaban en blanco y negro; hoy existe una nueva paleta de colores intermedios que necesitan de una visión distinta para hacer frente a los objetivos, y los hechos analizables. Similar a la facultad visual de los esquimales que les permite reconocer si el hielo es lo suficiente resistente para caminar sobre el mar o lo suficientemente fino para hacer un agujero a través del cual poder capturar su alimento. Los actuales líderes necesitan saber escuchar, integrar, fomentar la colaboración y poder identificar esa tonalidad de blanco que diferencia el hielo firme sobre el mar en el que la empresa debería aventurarse del otro tono de blanco donde no conviene pisar.
Por eso es que veo a los nuevos líderes como a un tipo de esquimal urbano cuyo desafío no es el entorno gélido, sino la imposibilidad de hacer pie completamente firme en un mundo cada vez más cambiante y dinámico.


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