jueves, 19 de mayo de 2016

La normalización o el gradualismo

Por Ariel Torres




Como es notorio, el Gobierno ha elegido el camino de lo que llama gradualismo, normalización o gobernabilidad. Sin analizar lo acertado o no de la decisión, este camino elegido tiene efectos o defectos que vengo analizado incluso desde antes del triunfo de Cambiemos.
Cuando se ataca gradualmente al minotauro salvaje y corrupto del gasto, un animal antediluviano multipartidario y libre de toda ideología, el sistema pone en funcionamiento todos sus recursos de supervivencia, como cualquier cucaracha haría.
Si se resuelve el problema del cepo y el atraso cambiario, de inmediato aparecen pedidos de ayuda para salvar a las “víctimas” de los efectos colaterales de la medida. El Gobierno, como en una tragedia griega, hace inexorablemente lo que se sabe que hará, aunque no deba hacerlo. Entonces, vienen los parches que suavizan la medida, que en el fondo la neutralizan y crean mayor déficit.

Si se regulariza el laberinto infernal de los subsidios a las tarifas, sólo una mínima recomposición de los términos relativos, aparecen las protestas sectoriales y entonces se lanzan subsidios, créditos especiales, planes de rescate y otros. Lo que crea nuevo déficit. Por supuesto que como esos efectos están descontados en las paritarias, también golpean en los aumentos de sueldo, con lo cual los costos privados y estatales aumentan, y con ellos el déficit.

Si se despide a un número mínimo de empleados del Estado claramente ñoquis, y en el sector privado se produce alguna reducción leve como consecuencia de la absorción de base monetaria inevitable, rápidamente nacen protestas y leyes anti-antidespidos que obligan a negociaciones, concesiones, acuerdos, pactos sociales y otras medidas obsoletas, con costos que aumentan el déficit.
Siguen luego los planes del tipo Repro (Programa de Reproducción Productiva) y similares en los casos de quiebras o inviabilidad de empresas, que terminan en la exageración de Cresta Roja, que sigue viviendo del Estado, aunque su debacle no tuviera nada que ver con medida alguna de este Gobierno.
Debe ser sumamente agotador para el Gobierno dedicar tanto tiempo todos los días para neutralizar el efecto de las propias medidas que toma justamente para neutralizar el efecto de las medidas ajenas.

En igual línea está cualquier aumento relacionado con la reducción de retenciones, que de inmediato requiere una nueva intervención estatal para anular, aunque sea parcialmente, el efecto de la medida que tanto costó tomar. Por eso se explica el triste espectáculo de funcionarios y entidades atacando a los formadores de precios, unos canallas que han elegido Argentina para hacerla víctima de las peores maldades.
La suba de tasas, imprescindible en el corto plazo para contener la inflación al no bajar el gasto, produce, a su vez, efectos que, tras criticados, son subsidiados con algún crédito barato, moratoria o parche impositivo. Otra vez más costo fiscal.

No falta demasiado para que se pida una limitación de exportaciones para cuidar el consumo interno, lo que será resuelto con más sacrificio fiscal. En el caso de las importaciones, el proteccionismo sigue tan rígido como antes de asumir Cambiemos; basta ver el grosero juego de influencias y amenazas desplegado por la mayor productora de tubos de acero del país porque una licitación se adjudicó a alguien que usaba caños que costaban casi un tercio que los suyos.
El proteccionismo y los beneficiarios del gasto superfluo del Estado se están comportando como era previsible que lo hicieran, con la complicidad del sindicalismo, socio permanente de ambas lacras. El gradualismo, con el apodo que fuera, es lo mejor que les podría haber pasado. Todos los costos que la sociedad, no el Gobierno, está pagando y seguirá pagando tienen que ver con esa decisión central.
Y como fondo de la salsa, las enormes concesiones que deben hacerse a los gobernadores, los intendentes y los sindicalistas para conseguir aprobación de algunas medidas, o al menos una cierta tolerancia en otras. También con costo fiscal.
Esto tiene consecuencias económicas profundas. La recomposición de los términos relativos tiende a neutralizarse con todos los parches. El déficit no baja adecuadamente y entonces pone presión sobre la emisión-inflación y la carga impositiva. El tiempo del idilio pasa y el del desgaste se acerca, que es lo que espera el enemigo gastador serial y prebendario empresario.
Esa recomposición de los términos relativos, junto con el mantenimiento de la inflación en niveles bajos y previsibles, es esencial a la inversión, o sea, esencial al crecimiento. Y el crecimiento es el único camino que le queda al Gobierno luego de haber elegido el gradualismo o la normalización, como tenga ganas de apodarlo.

Justamente porque esa inversión se demorará si no se solucionan esas normalizaciones neutralizadas, es absurdo celebrar cualquier lluvia de dólares que venga al país, sea vía un blanqueo prematuro, como se piensa, sea hot money golondrina, o por endeudamiento liso y llano. Porque a este paso y con esta normalización que tiende al gatopardismo, esos dólares terminarán presionando hacia abajo el tipo de cambio y entonces el paso siguiente será la queja porque no se puede exportar, y el círculo (no el rojo, precisamente) se habrá completado.

No le hacen un favor al Gobierno los samaritanos de la tolerancia que predican que se le dé más tiempo. Tampoco se lo hacen al país. El favor se lo hacen a los que quieren que nada cambie.


martes, 15 de diciembre de 2015

“Logros” del gobierno K. Un “gobierno de mierda”.

Por Ariel Torres

Me ha llegado un panfleto vía redes sociales, alegando que la gente que votó a Macri llama "gobierno de mierda" al que se va. Apelando a esa desafortunada descripción, ironizan sobre los supuestos logros de ese "gobierno de mierda". Bueno, es mi especialidad destrozar conceptos con datos, hechos, cifras, que están al alcance de todos. Y son fácticas.

Lo clarito es el panfleto, lo negrito es mío. Al detalle vamos, pues:

Con este gobierno de mierda las mucamas pasaron a ser trabajadoras como cualquier otra.
Es verdad. Ojalá hubieran hecho lo mismo con el 38% de trabajadores en negro que aún existen en nuestro país.

Con este gobierno de mierda las amas de casa se pudieron jubilar.
También es cierto. Mi madre es una de ellas, lo cual me alegra.

Con este gobierno de mierda hubo paritarias.
Siempre hubo paritarias, es una conquista del peronismo. Lo controvertido del tema es que el kirchnerismo inauguró las paritarias acorde a la inflación “esperada”, una de las barbaridades de este régimen. Las paritarias deben ser por la inflación inmediatamente pasada, medida seriamente.

Con este gobierno de mierda los homosexuales se pudieron casar.
El título “Ahora los homosexuales se pueden casar” me parece lo más homofóbico de los últimos 5.000 años.

Con este gobierno de mierda se recuperó la aerolínea de bandera.
Si el objetivo era que volaran todos, jamás se logró. Lo único que se logró es que AA incorporara 2.000 ñoquis más a su planta deficitaria, no fuera dueña de ninguno de sus aviones (todos en leasing o embargados), jamás cumpliera su presupuesto, no publica sus balances desde hace 3 años (porque nadie puede auditarlos) y sus administradores no tienen la menor idea de lo que significa dar punto de equilibrio nominal.

Con este gobierno de mierda recuperamos YPF.
Esa es muy buena. Pero de nuevo la cagaron con el método, producto de la gran ignorancia profesional y la tendencia a tomar medidas a la ligera para generar impacto ideológico. El Estado perdió 5.000 millones de dólares.

Con este gobierno de mierda muchos terminaron sus estudios secundarios con el plan COAS.
Fantástico como meta y como título de primera plana. Lo de “muchos terminaron” es la costumbre de ese gobierno de mierda: nadie tiene la menor idea de los resultados de muchas medidas tomadas sin planificación ni control. 

Con este gobierno de mierda muchos terminaron sus estudios secundarios con el plan FINES.
Ídem anterior.

Con este gobierno de mierda se abrieron decenas de Universidades públicas. 
Sería increíblemente fantástico si no fuera porque no tuvieron el tino de preguntarles a los que saben, que son los académicos, para que realmente sirvan para lo que se crearon: que más estudiantes puedan acceder a carreras de grado acordes a las exigencias profesionales del futuro. Nadie necesita más contadores, más abogados…

Con este gobierno de mierda se desendeudó al país.
Absoluta y totalmente falso. Lo único que se logró en defaultear deuda genuina, y convertir deuda corta en deuda larga, a tasas ridículas de tan altas y con intereses que pagaremos todos. Siempre pagamos todos, o casi todos.

Con este gobierno de mierda se lanzaron dos satélites.
Muy cierto. Una lástima la mentira de que los componentes de los satélites eran 85% argentinos. No llegan al 15%.

Con este gobierno de mierda volvieron científicos al país.
Una verdad a medias. Y se sabe que las verdades a medias pueden convertirse en las peores mentiras. El 80% de los científicos que volvieron, lo hicieron porque no tenían lugar en otra parte. Triste, pero real.

Con este gobierno de mierda te pudiste quedar con ese terreno que usurpaste pagando unos pocos mangos.
Gravísimo. La palabra “usurpar” me libera de seguir hablando. Y tengo mucho por decir.

Con este gobierno de mierda se ganó un premio Oscar.
Y ojalá ganemos más.

Con este gobierno de mierda se produjeron la mayor cantidad de películas. 
De cada 10 créditos otorgados para la producción de películas, sólo se terminaron 1,5.

Con este gobierno de mierda no se le pagó a los fondos buitres.
Gravísimo error. Pero el error fundamental lo cometió Néstor, porque cuando arregló con el 93% de los acreedores, al otro 7% lo borró del planeta de deuda. Si no querés pagar, no pagues, pero la deuda la seguís teniendo, y pasa el tiempo y tenés más, y más, y más. Por más antipático que sea, la cosa es así. En cualquier galaxia.

Con este gobierno de mierda hubo libertad de expresión.
Absolutamente falso. Se disciplinó a la tropa periodística mediocre con pauta oficial, haciéndolos pusilánimes y obedientes. Pero tampoco seamos tontos, la prensa hace rato que no es libre.

Con este gobierno de mierda descendió notablemente la desocupación.
Creo que no hay tópico más falso que éste: disfrazar los índices –ya disfrazados- agregando los trabajadores en negro más los que cobran planes es lo más infantil que existe. Infantil y perverso, porque fomenta la ignorancia, que es lo más terrible que le puede pasar a una persona.

Con este gobierno de mierda te fuiste de vacaciones.
La gente siempre se fue de vacaciones. Con Menem a Miami, con CFK donde pudo.

Con este gobierno de mierda te pudiste comprar un auto.
La gente siempre se las arregló para comprar el auto que pudo según su poder adquisitivo. Comprar un auto subsidiado te puede acarrear el problema que tuve yo: se me incendió la instalación eléctrica de una Suran, y estuve 5 meses!!!! para que aparecieran los repuestos. Porque no se fabrican en el país (de una Suran), y no había dólares para importarlos.

Con este gobierno de mierda pudiste cambiar el auto.
Ídem anterior.

Con este gobierno de mierda te subsidiaron servicios.
Que nos costó miles de millones en energía importada, y cortes de luz, porque los concesionarios no invirtieron lo que no tenían. Tampoco se los controló, otra cosa que debió hacer ese gobierno de mierda.

Con este gobierno de mierda se sumó la asignación universal por hijos.
Correcto. Se reglamentó, mejor dicho, porque no fue una idea propia.

Con este gobierno de mierda se sacaron 48 leyes laborales a favor de los trabajadores.
De las cuales 23 son inaplicables. Y 8 más aún no han sido reglamentadas.

Con este gobierno de mierda se sacó del sistema cuasi esclavo a los peones de campo.
Correcto. Ya casi no existen. Porque las economías regionales están quebradas.

Con este gobierno de mierda los jubilados tuvieron aumentos anuales.
Eso es fantástico. Y me saco el sombrero ante ese logro. Aplausos.

Con este gobierno de mierda se incrementó notablemente la industria Nacional.
Falso y Nulo de toda nulidad. Si así fuera, el 38% de trabajo informal habría bajado, y no sólo no bajó sino que subió al 43%.

Con este gobierno de mierda disminuyó la mortalidad infantil.
Cierto. Muy cierto.

Con este gobierno de mierda disminuyó la pobreza.
Falso. Terrible y tremendamente falso. No hay registros oficiales que avalen semejante aseveración, y los registros privados la sepultan.

Con este gobierno de mierda
Etc. Etc. Etc. Etc.
Espero enumerar muchísimas cosas más del próximo gobierno.

Lo importante no será enumerarlas, porque de hecho ya lo están. Hay que arreglarlas EN SERIO, sin falsedades ni ideologías. Sin amiguismos, clientelismo, ni corrupción. DE VERDAD. Con ingresos y políticas genuinas, para que no caigan en el tiempo, y no generen esclavos del sistema de turno.

Con vocación, con unión, a todos los que les corresponde. Les guste o no el gobierno que se los da.

Y una cosa más: la ideología no construye, relata. Los datos, fríos y perennes, están siempre allí, en algún lado, fácticamente, para que los tome el que los quiera tomar, y los exponga.


Como acabo de hacer.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Las miserias del Pueblo

Por Ariel Torres



El pueblo bolivariano ha dado un gran paso en busca de la normalidad institucional, el último fin de semana. El hartazgo venezolano se dio ya no por cuestiones institucionales, algo que integraba ya la normalidad del ADN de la comunidad de este país caribeño, sino más bien por cuestiones humanitarias. La escasez, la inflación, los precios de los alimentos, las colas para obtenerlos, como así también la crisis de los medicamentos. Con el precio internacional del petróleo cada vez más bajo, y sin posibilidades de que aumente en el año que entra, la corrupción -a la no se le puede bajar el sueldo- se ha llevado casi todo lo que el pueblo necesita para su natural sobrevivencia.

El punto de contacto con lo sucedido en nuestro país es precisamente ese: lo institucional. Es que si bien se puede engañar a muchos durante mucho tiempo, la realidad indica que no se puede engañar a todos, todo el tiempo. Hay otra cosa no menos importante: la corrupción es exitosa cuando hay dinero, pero cuando éste se acaba, se desnudan las miserias y las deslealtades propias de un sistema que se sostiene mientras hay una mano que suelta dinero sin control, y una que la recibe sin miramientos.

Eso ha pasado en Venezuela y Argentina, con diferentes tonalidades, pero con un fondo común: el abuso del poder y de los recursos.

Hablemos un poco del presente. El presidente electo de la Argentina, el Ingeniero Mauricio Macri, aún no ha asumido, y desde el saliente oficialismo se han descargado sobre la sociedad violentos estertores del aparato estatal de comunicación y publicidad, diciendo que se perderá todo lo obtenido por tantos años de populismo kirchnerista. Desde la ciencia, pasando por los subsidios, el asistencialismo indiscriminado, el fenomenal gasto público sin control, todo parece que volverá mágicamente a fojas cero con el advenimiento del nuevo color político. Miedo desde el gobierno, pánico desde las instituciones manejadas por ese mismo gobierno. Una costumbre del poder.

Mis amigos venezolanos, que los tengo muchos por haber trabajado varios años en ese bello país, me dicen por estos días que el universo chavista está cometiendo las mismas tropelías semánticas. Aprovechan la propaganda paraestatal para cargar sobre la población títulos de miedo y más escasez, pérdida de derechos, y el peligro de muerte que sobre el populismo prebendario supone la mayoría parlamentaria de los azules. Miedo desde el gobierno, pánico desde las instituciones manejadas por ese mismo gobierno. Una costumbre del poder.

Lo único cierto y verdadero por este tiempo, es que el Pueblo ha hablado, fuerte y claro. No ha habido manera de callarlo, o engañarlo más. En el caso argentino, el abuso de poder ha sido hartante y descarado. En el caso Venezolano, tuvo que llegar el hambre y la desesperación. Debió haber sido antes, pero eso habla a las claras de la inmadurez en general del electorado latinoamericano, más proclive a pasarlo bien en el presente, que pensar en el futuro de los hijos.

No importa, que sea la historia la que se encargue de los análisis antropológicos y ponga en su lugar a quienes demostraron su profunda ignorancia e incapacidad para liderar al pueblo, como así también una ausencia total de capacidad para convertirse en Estadistas, que son en definitiva los únicos capaces de cambiar el destino de una Nación.

Bienvenida democracia, plural y republicana, a mi Argentina, a mi Venezuela.

Digo.

miércoles, 22 de julio de 2015

Análisis financiero del fracking petrolero

Por Ariel Torres

Allá por mayo de 2014 expuse en un Congreso sobre Volumetría del Petróleo y sus Derivados, sobre las debilidades financieras que para el inversionista tiene la industria del petróleo no convencional, es decir shale oil and gas, y sus técnicas de extracción, el fracking y el horizontal drilling. El fracking o hydraulic fracturing, golpea la roca con una mezcla de agua, químicos y arena, para liberar el petróleo atrapado en ellas. Esta técnica se suele combinar con el horizontal drilling, donde el pozo petrolero se perfora horizontalmente para penetrar mejor el subsuelo.


En la Figura 1, se demuestra de modo concluyente el incremento en producción de crudo estadounidense que se ha logrado con esta industria del petróleo no convencional.


Figura 1. Incremento en la producción diaria de crudo estadounidense (millones de barriles diarios), como resultado de la industria de petróleo no convencional ( shale oil and gas)

Sé que mi conclusión puede ser objetable y polémica, pero tiene una gran dosis de sentido común y sencillez que es accesible a cualquier persona que desee analizar si invierte algún dinero en acciones de petroleras. Vamos al análisis, donde desaconsejo invertir en petróleo no convencional.

Cómo es esto? Bueno,  en primer término, no estoy juzgando las consecuencias medioambientales del negocio de petróleo no convencional ni las denuncias sobre su riesgo sismológico. Más bien considero que el negocio de gas natural no convencional (shale gas), sí me parece competitivo globalmente, con bajo costo de producción y atractivos fundamentos económicos.

Me focalizo en la localización de los principales yacimientos (basins) estadounidenses donde se está conduciendo la explotación de petróleo no convencional. La Figura 2 incorpora los tres más importantes: Eagle Ford (en South Texas), Permian (West Texas) y Bakken (North Dakota).


La lógica financiera del negocio petrolero es que los ingresos por venta de crudo superen los costos incurridos en adquirir el suelo (o “arrendarlo” mediante concesión al Estado), explorarlo y extraer el hidrocarburo. Desde luego, se debe comparar todo esto en términos de valor presente, es decir, comparar el flujo esperado de ingresos futuros con los costos incurridos.
Mi foco se centraliza en la generación de flujo de caja de las petroleras, y mi cuenta es muy sencilla: comparando ingresos, inversiones y costos, las petroleras no convencionales habrían acumulado salidas netas de efectivo de 80.000 millones de dólares, entre 2006 y 2014. A modo comparativo, esto es casi el doble de las ventas anuales de Ecopetrol durante 2014, por ejemplo.

La Figura 3 incorpora el acumulado anual de la diferencia entre ingresos de efectivo de las petroleras no convencionales (que cotizan en bolsa o emiten deuda) y sus salidas de caja por costos e inversiones. Al analizar el año 2014, se encuentra que, incluso con niveles de petróleo a 100 dólares por barril durante tres trimestres, las petroleras en este sector acumularon una pérdida anual de efectivo por cerca de 20.000 millones de dólares.
Esto significa, en suma, que las empresas necesitan buscar fuentes de dinero efectivo que no les genera la operación de su negocio. La salida ha sido emitir deuda financiera y ganar inversionistas que compran acciones. Esto es atractivo para los bancos de inversión, que cobran comisiones por suscribir estos títulos y colocarlos entre los inversores. 


Figura 3. Déficit de Caja (efectivo) acumulado por las petroleras no convencionales, en miles de millones de dólares estadounidenses.

Parte de las salidas de caja se explica por los gastos anuales de inversión que realizan las petroleras para exploración y producción. En jerga financiera, estos gastos se conocen como capital expenditure o capex. Analizando las dieciséis mayores petroleras en el negocio de fracking, entre 2006 y 2014 han invertido 330.000 millones de dólares en localizar y explotar pozos.
Esta magnitud equivale al tamaño del PIB colombiano proyectado para 2015, según el FMI, por tomar un ejemplo. Parte relevante de este gasto se cubre con los ingresos de caja que tiene el negocio petrolero y con el dinero que se consigue prestado, lo cual explica que la salida final de caja acumulada sea inferior a ese capex. La evolución del capex acumulado, está en la Figura 4.

Figura 4. Gasto de Inversión (Capex) acumulado por las 16 principales empresas de petróleo no convencional. Cifras en millones de dólares estadounidenses.

En este contexto las empresas buscan dinero señalando que no son indicativas las métricas de gasto de inversión convencionales, o bien que se debe desconsiderar el gasto anual por depreciación de los activos fijos. Una de las correcciones en las métricas tiene que ver con el Ebitda, que mide la ganancia antes de partidas que no tienen que ver con la operación del negocio o no suponen salidas de caja: depreciaciones y amortizaciones, impuestos e intereses.
Mi punto es que en la industria petrolera algunos quieren quitarle más componentes de gasto a esa ganancia, para inflarla artificialmente, por lo que podríamos llamarlo gráficamente Ebitdax, para explicar que se quitan “x” cantidad de otros gastos para mejorar la rentabilidad operativa de la empresa y compararla más favorablemente con su nivel de deuda financiera.
Por eso digo que cuando alguien te diga que no mires las métricas tradicionales, es buen momento para mirarlas, pues. Y considerando el desempeño de gestión de flujo de efectivo de las compañías en el sector, yo diría que un negocio que quema efectivo y no crece, no vale nada.

Pero vayamos a un caso bien práctico: la empresa Pioneer Natural Resources, la segunda mayor del mercado de frackers, por detrás de EOG Resources. La empresa opera en el yacimiento Permian y cotiza en la bolsa de Nueva York. A inicios de mayo de 2015, la acción cotizaba a 171,56 dólares; actualizando a 17 de julio de 2015, su precio es de 128,45 dólares. La Figura 5, tomada del Wall Street Journal, muestra su comportamiento de precio en el año más reciente.


Figura 5. Evolución del precio en dólares de Pioneer Natural Resources, en el año más reciente.

En primer término, considero su gasto de inversión capex desde 2006, que ha sido de 19.000 millones de dólares, esto es, cerca de 6% del total invertido por las dieciséis mayores empresas en la industria del fracking. La financiación de este gasto, cuyo volumen equivale a las exportaciones petroleras colombianas previstas para 2015, ha tenido estas fuentes: 12.000 millones de la propia generación de caja de la empresa, 5.000 millones mediante venta de activos y otros 2.000 millones de dólares han provenido de inversionistas que han comprado acciones.
El resultado de estas inversiones es acumulación y explotación de reservas petroleras. Si recordamos la terminología de Reservas que aplica el regulador bursátil estadounidense, la SEC, tenemos que las Reservas Probadas de una petrolera se definen así: “Aquellas cantidades de petróleo y gas, las cuales pueden ser estimadas con razonable certidumbre como económicamente factibles de extraer, bajo las condiciones económicas actuales.”

Ahora bien, hay una distinción: estas Reservas se encuentras Desarrolladas (Developed) cuando ya no hay más costo de capital asociado con ella; esto es, todo el gasto de inversión (capex) se ha hecho y se ha desarrollado el pozo. Por el contrario, las Reservas No Desarrolladas precisan aún más gasto de inversión para hacerlas económicamente aprovechables: falta seguir perforando y acondicionando el pozo. Este es el principal gasto de capital, desarrollar estas reservas. Al cierre de 2014, Pioneer tiene cerca de 800 millones de barriles de crudo como Reservas Probadas, que equivalen a un tercio de las reservas de petróleo crudo (sin gas incluido) de Ecopetrol. El 25% de estas Reservas aún no están desarrolladas, por lo cual hay gasto de inversión por delante.

Ahora viene mi estimación de cuánto ha costado el petróleo extraído y las reservas ganadas en los últimos nueve años: las reservas desarrolladas aumentaron un neto de 30 millones de barriles entre 2005 y 2014; en ese mismo período se extrajeron 472 millones de barriles. El gasto de inversión, capex, se puede mitigar considerando los activos que vendió Pioneer en ese mismo lapso, cerca de USD 5.000 millones, según indicado, y que se usaron para financiar estas nuevas inversiones. Entonces se tiene que Pioneer ha invertido 14.000 millones de dólares netos para obtener 502 millones de barriles de petróleo, entre ventas y reservas. Esto da un costo de desarrollo histórico de 28 dólares por barril. Esto es el costo de desarrollo implícito. Es un primer componente y falta sumarle ítems.
Uno de ellos es transporte. El costo de transporte por barril de Pioneer es de 17 dólares por barril. El costo variable de producción (mano de obra, insumos, etc) es de 11 dólares por barril. Junto a impuestos y gastos administrativos, se suman otros 9 dólares.
Incorporando todos estos costos, de desarrollo, transporte, variables y administrativos, el costo por barril de Pioneer es de 28 + 17 + 11 + 9 = 65 dólares por barril. Incluso suponiendo que se extrae solamente crudo de cada pozo, el precio del crudo actual WTI, cercano a 50 dólares, hace inviable económicamente la operación (en realidad crudo es 50% de lo extraído, 25% es gas natural y 25% son gas natural líquido y derivados, así que se obtiene menos del precio WTI por barril).
Cada inversor puede suscribir o no mi tesis de que este negocio no merece la pena. Mi análisis prevalece el sentido común y la búsqueda objetiva de información, enfocado al flujo de caja del negocio. Considero que es una buena metodología para cualquier inversor.

El sentido de la oportunidad para desendeudarse

Por Ariel Torres
Fuente: Orlando Ferreres


En la última década el mundo gozó de la tasa de interés más baja de los últimos 5000 años, de acuerdo con un estudio publicado por el Bank of América. En efecto, nunca la tasa de corto o largo plazo había sido tan baja, considerando 3000 años AC hasta 2015 DC. La tasa de corto plazo está ahora en 0,10 % anual, y esto desde hace varios años. Prácticamente se regala el dinero.

Esta situación de la tasa de interés es consecuencia, entre otros factores, de la crisis muy profunda del 2007/8 de las hipotecas subprime o también llamada de Lheman Brothers por la quiebra de esta banco internacional que había sido fundado en 1850, y que terminó mal como consecuencia de esa crisis en 2008. Lo mismo pasa en Europa con muchos países con gran gasto público, que entraron en crisis a partir de 2010 por lo cual también bajó a casi cero la tasa de interés del euro para tratar de reactivar de alguna manera sus economías.
Hoy no se puede hablar de usura en materia de tasas de interés de los préstamos internacionales. Muy por el contario, el costo del dinero, tanto de corto como de largo plazo, es el más bajo de la historia.
En este contexto de tasas de interés súper baratas, las autoridades de nuestro país decidieron "desendeudarse" y pagaron por adelantado incluso lo que no había vencido aún, como pasó con el organismo financiero de las Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional. Posteriormente, como la Argentina estaba en default desde 2002 y necesitaba divisas, hizo colocaciones de bonos (Boden 2012 y 2015) pagando rendimientos de hasta el 15 % anual en dólares, como ocurrió con Venezuela, hasta que ese costo se consideró prohibitivo.
Es difícil explicar este error de la política financiera externa de la Argentina. A pesar de las reestruraciones parciales y quitas de la deuda con bonos en default desde 2002 (que era de 100.000 millones de dólares), la Argentina nunca pudo ni puede aún hoy volver a los mercados financieros internacionales, pues sigue aún sin completar su proceso de reestructuración de la deuda.
El país pudo ir manejando de alguna manera la evolución de sus reservas internacionales por el excelente precio de las materias primas que exporta (soja y maíz principalmente) que brindaron divisas adicionales por u$s 190.000 millones de dólares en 10 años, solo considerando el efecto precio, pero no computando el aumento de volumen que impulsa ese nivel de precios de las materias primas tan alto. Este excedente no se destinó a incrementar la infraestructura ni a modernizar el país ni a la exploración de petróleo o gas, sino que se dilapidó. Se destinó principalmente al consumo, con el objetivo no explicitado de formar un movimiento político que borrará al peronismo de la imagen popular. Dicho movimiento había hecho lo mismo en 1945-51, aunque en una situación y con un liderazgo distintos.
En este momento el Gobierno, para llegar a la entrega del poder el 10 de diciembre de 2015 sin una crisis fuerte antes de esa fecha, mendiga préstamos en dólares de cortísimo plazo en diversos países, principalmente no occidentales como son los casos de China o Rusia y otros. Sin embargo, podríamos acceder a créditos para modernizar la infraestructura del país a largo plazo a tasas muy baratas, como lo han hecho Uruguay, Bolivia, Brasil y otros pero nos damos el gusto de no hacerlo, posiblemente por razones ideológicas.
Las autoridades no definen la situación financiera externa pero persiste en el país una pobreza de 29 % de la población y los recursos para solucionar ese problema han estado disponibles. Solo se dan subsidios a las personas para que puedan llegar a comprar lo más elemental o a las empresas para que éstas vendan más barato que el costo muchos de sus productos o servicios, pero eso no cambia la situación de pobreza de la población.
Esperemos que el pueblo sepa juzgar estos errores de política económica que persisten en el tiempo y que no se corrigen: desendeudarse justo cuando el mundo casi regala el dinero.

domingo, 12 de julio de 2015

Los miedos argentinos al desarrollo

Por Ariel Torres

Si bien los datos cuantitativos en ocasiones aburren, son necesarios para poner en contexto un análisis determinado, y si bien no son muchos, está bueno prestarles atención porque son una foto de la realidad. Una realidad cuyo pronóstico no es tan bueno.
Veamos a lo que me refiero: entre 2010 y 2014 el PBI per cápita creció apenas 1,3% (si le hacemos caso a los privados, cayó un 2%), el empleo privado registrado creció 2,3% y el saldo comercial (a pesar del cepo a las importaciones) bajó de 1,9% a 1,3%. No le fue mejor a la inversión, ya que cayó de 23% a 20%, descapitalizando gravemente al país, y los resultados en lo que se refiere a calidad educativa se estancaron. Incluso el proceso de inclusión social, uno de los logros de los años 2000, da señales de agotamiento. 
Si bien la economía no es lineal, nada sugiere que seguir haciendo lo mismo que hasta ahora, sea una estrategia promisoria de desarrollo.
Si bien es probable que los candidatos adviertan estas limitaciones y esta necesidad de cambio, mucho menos probable es que tengan en claro el tamaño y la multiplicidad de tareas que nos esperan para crecer de manera sustentable y equitativa por los varios años que hace falta. Es poco probable que piensen en el desarrollo con el único norte de ganar las elecciones. El futuro parece ser una materia de los astrólogos, solamente, pero la inflación, el dólar, los cepos, el financiamiento externo -los temas hegemónicos de la campaña, que probablemente condicionen las políticas en 2016- son la punta de un iceberg cuyo balance más espinoso entre productividad y empleo, crecimiento y bienestar, ya desvela a nuestros vecinos próximos, y no tanto.
La pregunta que me hago siempre en estos casos es la misma: superada la coyuntura, cómo hacemos para crecer sin sobreendeudarnos ni sacrificar calidad de vida? La respuesta instintiva a esta pregunta suele ser una seguidilla de eslóganes: más educación, más inversión, mejores instituciones (los más ortodoxos), mejor Estado (los menos). Pero cada uno de estos conceptos encierra en sí mismo una discusión, o varias.


La apertura de la llave me obliga a añadir interrogantes como qué entendemos por educación, si prevalecemos presupuesto y escolarización a la formación docente y la calidad educativa. O si apuntamos a la infancia temprana y el nivel inicial (para contener la acumulación de déficits) o a la educación superior, para no quedar a la cola de la innovación tecnológica. 
¿Cómo reconciliamos estos objetivos complementarios con la escasez de recursos y la resistencia natural al cambio? Preguntas similares surgen al encarar otros aspectos del desarrollo como el financiamiento de la inversión, las políticas productivas y laborales o el estímulo a la innovación. El peligro es menoscabar estos desafíos, convencernos de que con renovación de elenco y "shocks de confianza", salimos adelante.
En la Argentina este debate oscila entre la nostalgia desarrollista de los años 60 y una apertura esperanzada a la innovación y la productividad como umbrales de un crecimiento cualitativo. Entre estos dos extremos se va consolidando una visión alternativa, a mitad de camino entre el aperturismo y el proteccionismo, basada en la incorporación de conocimiento, en la interacción entre el Estado y el sector privado, en la creación de liderazgos comprometidos con el futuro del país.
Según esta visión, los desafíos son esencialmente tres. El primero es generar el know how de lo nuevo, por ejemplo: Finlandia pasó de talar bosques a diseñar cortadoras y de diseñar maquinarias de precisión a crear Nokia. Si bajo este concepto nos preguntáramos si Argentina debe orientarse a envasar alimentos o a fabricar cosechadoras, yo diría por qué no los dos? El desarrollo (y las políticas públicas que lo estimulan) no son unimodales.  Hay que hacer muchas cosas, simultáneamente. Así como el desarrollo productivo es la acumulación de muchas pequeñas acciones, también es el fruto de estrategias múltiples.
El segundo desafío es generar los insumos de lo nuevo. Acá entran a tallar la necesidad de una educación centrada en el conocimiento, un Estado con músculo para desarrollar y regular sinergias público-privadas, mercados y marcas consolidados.
El tercer desafío, a veces eclipsado por el brillo de la innovación pero no menos importante, es transitar esta evolución sin dejar a nadie detrás. La destrucción creativa también es destrucción. Dejar de promover sectores insustentables no implica dejarlos a merced del mercado. La viabilidad política del desarrollo requiere la convivencia armónica de lo nuevo y lo viejo.


Acelerar el desarrollo en un mundo cambiante es como correr un tren en movimiento. Lo importante mientras corremos al lado del tren no es tanto ver dónde está la puerta ahora, sino dónde va a estar al momento de lanzarnos hacia ella. El mundo cambia, modificando el valor relativo de nuestros recursos: en baja los commodities, las manufacturas y el trabajo poco calificado; en alza, el conocimiento y la innovación, los servicios sofisticados y el diseño. 
Anticipar y adaptarse a estas tendencias también es parte de la tarea del desarrollo, del esfuerzo de recuperar nuestro provenir

martes, 28 de abril de 2015

Supervivencia y Liderazgo

Por Ariel Torres


Existe un preconcepto generalizado que se basa en suponer que los líderes actuales disponen de gran espacio y poder para tomar decisiones y definir estrategias. Sin embargo, la experiencia demuestra lo contrario: el valor del líder actual pasa por su capacidad de generar alternativas innovadoras de valor a sus colaboradores, accionistas y clientes con un manejo muy limitado de variables y un uso fuerte de la creatividad.
Y viene a cuento una historia que me contó un amigo de esos que siempre tienen anécdotas a mano: tiene que ver con los esquimales, y resulta que estos tipos habitan los territorios más inhóspitos del planeta, por lo que han desarrollado capacidades para discernir más de 30 tonalidades diferentes de blanco, en el hielo. Así que, cuando trato de definir las habilidades y capacidades que debe tener un Líder actual, por alguna razón siempre me viene a la cabeza la capacidad de percepción y supervivencia de los esquimales.
Cuando hablamos de nueva generación de profesionales no hablamos solamente de gente más joven, sino que hay otros aspectos clave que inciden más en el cambio generacional:
·         La transición del verticalismo a las decisiones compartidas: la complejidad y aceleración en los cambios tecnológicos hacen imposible que una persona tenga una visión completa y actualizada, el rol del líder es lograr que los equipos se expresen en su máximo potencial creativo actuando como facilitador.
·         La diversidad como fuente de oportunidades: hasta hace algunos años se hablaba de aceptar la diversidad, hoy se trata de fomentarla y lograr a partir de la riqueza que genera resultados humanos y empresarios superiores. El talento no viene en envases estandarizados y, en consecuencia, está incómodo en organizaciones rígidas.
·         La responsabilidad social: el rol de la empresa y de cada uno de los integrantes de su equipo como actores sociales activos para la mejora de la sociedad en la que se desempeña debe ser promovido desde el liderazgo. De nada vale una empresa con excelentes resultados que no esté positivamente integrada con su comunidad.
·         Y, por último, y quizás el más importante, la coexistencia con la incertidumbre: las decisiones se toman con información incompleta y cambiante, tener información exhaustiva es prácticamente imposible, y esperar hasta tenerla deja espacio para competidores más ágiles.
Quedó muy lejos en el tiempo eso de que las opciones se planteaban en blanco y negro; hoy existe una nueva paleta de colores intermedios que necesitan de una visión distinta para hacer frente a los objetivos, y los hechos analizables. Similar a la facultad visual de los esquimales que les permite reconocer si el hielo es lo suficiente resistente para caminar sobre el mar o lo suficientemente fino para hacer un agujero a través del cual poder capturar su alimento. Los actuales líderes necesitan saber escuchar, integrar, fomentar la colaboración y poder identificar esa tonalidad de blanco que diferencia el hielo firme sobre el mar en el que la empresa debería aventurarse del otro tono de blanco donde no conviene pisar.
Por eso es que veo a los nuevos líderes como a un tipo de esquimal urbano cuyo desafío no es el entorno gélido, sino la imposibilidad de hacer pie completamente firme en un mundo cada vez más cambiante y dinámico.