Por Ariel Torres
Allá
por mayo de 2014 expuse en un Congreso sobre Volumetría del Petróleo y sus Derivados, sobre las
debilidades financieras que para el inversionista tiene la industria del
petróleo no convencional, es decir shale
oil and gas, y sus técnicas de extracción, el fracking y el horizontal drilling.
El fracking o hydraulic fracturing,
golpea la roca con una mezcla de agua, químicos y arena, para liberar el
petróleo atrapado en ellas. Esta técnica se suele combinar con el horizontal drilling,
donde el pozo petrolero se perfora horizontalmente para penetrar mejor el
subsuelo.
En
la Figura 1, se
demuestra de modo concluyente el incremento en producción de crudo
estadounidense que se ha logrado con esta industria del petróleo no convencional.
Figura 1. Incremento en la producción diaria de crudo
estadounidense (millones de barriles diarios), como resultado de la industria
de petróleo no convencional ( shale
oil and gas)
Sé
que mi conclusión puede ser objetable y polémica, pero tiene una gran dosis de
sentido común y sencillez que es accesible a cualquier persona que desee
analizar si invierte algún dinero en acciones de petroleras. Vamos al análisis, donde desaconsejo
invertir en petróleo no convencional.
Cómo
es esto? Bueno, en primer término, no
estoy juzgando las consecuencias medioambientales del negocio de petróleo no
convencional ni las denuncias sobre su riesgo sismológico. Más bien considero
que el negocio de gas natural no convencional (shale gas), sí me parece
competitivo globalmente, con bajo costo de producción y atractivos fundamentos
económicos.
Me
focalizo en la localización de los principales yacimientos (basins)
estadounidenses donde se está conduciendo la explotación de petróleo no
convencional. La Figura 2 incorpora los tres más importantes:
Eagle Ford (en South Texas), Permian (West Texas) y Bakken (North Dakota).
La
lógica financiera del negocio petrolero es que los ingresos por venta de crudo
superen los costos incurridos en adquirir el suelo (o “arrendarlo” mediante
concesión al Estado), explorarlo y extraer el hidrocarburo. Desde luego, se
debe comparar todo esto en términos de valor presente, es
decir, comparar el flujo esperado de ingresos futuros con los costos
incurridos.
Mi
foco se centraliza en la generación de flujo de caja de las petroleras, y mi
cuenta es muy sencilla: comparando ingresos, inversiones y costos, las petroleras no
convencionales habrían acumulado salidas netas de efectivo de 80.000 millones
de dólares, entre 2006 y 2014. A modo comparativo, esto es casi
el doble de las ventas anuales de Ecopetrol durante 2014, por ejemplo.
La Figura 3 incorpora el acumulado anual de la
diferencia entre ingresos de efectivo de las petroleras no convencionales (que
cotizan en bolsa o emiten deuda) y sus salidas de caja por costos e
inversiones. Al analizar el año 2014, se encuentra que, incluso con niveles de
petróleo a 100 dólares por barril durante tres trimestres, las petroleras en
este sector acumularon una pérdida anual de efectivo por cerca de 20.000
millones de dólares.
Esto
significa, en suma, que las empresas necesitan buscar fuentes de dinero
efectivo que no les genera la operación de su negocio. La salida ha sido emitir
deuda financiera y ganar inversionistas que compran acciones. Esto es atractivo
para los bancos de inversión, que cobran comisiones por suscribir estos títulos
y colocarlos entre los inversores.
Figura 3. Déficit de Caja (efectivo) acumulado por las petroleras
no convencionales, en miles de millones de dólares estadounidenses.
Parte
de las salidas de caja se explica por los gastos anuales de inversión que
realizan las petroleras para exploración y producción. En jerga financiera,
estos gastos se conocen como capital expenditure o capex. Analizando
las dieciséis mayores petroleras en el negocio de fracking, entre
2006 y 2014 han invertido 330.000 millones de dólares en localizar y explotar
pozos.
Esta magnitud equivale al
tamaño del PIB colombiano proyectado para 2015, según el FMI,
por tomar un ejemplo.
Parte relevante de este gasto se cubre con los ingresos de caja que tiene el
negocio petrolero y con el dinero que se consigue prestado, lo cual explica que
la salida final de caja acumulada sea inferior a ese capex. La evolución
del capex acumulado, está en la Figura 4.
Figura 4. Gasto de Inversión (Capex) acumulado por las 16
principales empresas de petróleo no convencional. Cifras en millones de dólares
estadounidenses.
En este contexto las empresas buscan
dinero señalando que no son indicativas las métricas de gasto de inversión
convencionales, o bien que se debe desconsiderar el gasto anual por
depreciación de los activos fijos. Una de las correcciones en las métricas
tiene que ver con el Ebitda, que mide la ganancia antes de
partidas que no tienen que ver con la operación del negocio o no suponen
salidas de caja: depreciaciones y amortizaciones, impuestos e intereses.
Mi
punto es que en la industria petrolera algunos quieren quitarle más componentes
de gasto a esa ganancia, para inflarla artificialmente, por lo que podríamos
llamarlo gráficamente Ebitdax, para
explicar que se quitan “x” cantidad de otros gastos para mejorar la
rentabilidad operativa de la empresa y compararla más favorablemente con su
nivel de deuda financiera.
Por
eso digo que cuando alguien te diga que no mires las métricas tradicionales, es
buen momento para mirarlas, pues. Y
considerando el desempeño de gestión de flujo de efectivo de las compañías en
el sector, yo diría que un negocio que quema efectivo y no crece, no vale nada.
Pero
vayamos a un caso bien práctico: la empresa Pioneer Natural Resources, la segunda
mayor del mercado de frackers, por
detrás de EOG Resources. La empresa opera en el yacimiento Permian y cotiza en
la bolsa de Nueva York. A inicios de mayo de 2015, la acción cotizaba a 171,56
dólares; actualizando a 17 de julio de 2015, su precio es de 128,45 dólares. La Figura 5,
tomada del Wall Street Journal, muestra su comportamiento de precio en el año
más reciente.
Figura 5. Evolución del precio en dólares de Pioneer Natural
Resources, en el año más reciente.
En
primer término, considero su gasto de inversión capex desde 2006, que ha sido de 19.000
millones de dólares, esto es, cerca de 6% del total invertido por las dieciséis
mayores empresas en la industria del fracking. La financiación de este gasto,
cuyo volumen equivale a las exportaciones petroleras colombianas previstas para
2015, ha tenido estas fuentes: 12.000 millones de la propia generación de caja
de la empresa, 5.000 millones mediante venta de activos y otros
2.000 millones de dólares han provenido de inversionistas que han comprado
acciones.
El
resultado de estas inversiones es acumulación y explotación de reservas
petroleras. Si recordamos la terminología de Reservas que aplica el regulador
bursátil estadounidense, la SEC, tenemos que las Reservas Probadas de una petrolera se definen así: “Aquellas
cantidades de petróleo y gas, las cuales pueden ser estimadas con razonable
certidumbre como económicamente factibles de extraer, bajo las condiciones
económicas actuales.”
Ahora
bien, hay una distinción: estas Reservas se encuentras Desarrolladas (Developed) cuando
ya no hay más costo de capital asociado con ella; esto es, todo el gasto de
inversión (capex) se ha hecho y se ha desarrollado el pozo. Por el contrario,
las Reservas No Desarrolladas precisan aún más gasto de inversión
para hacerlas económicamente aprovechables: falta seguir perforando y
acondicionando el pozo. Este es el principal gasto de capital, desarrollar
estas reservas. Al cierre de 2014, Pioneer tiene cerca de 800 millones de
barriles de crudo como Reservas Probadas, que equivalen a un tercio de las
reservas de petróleo crudo (sin gas incluido) de Ecopetrol. El 25% de estas
Reservas aún no están desarrolladas, por lo cual hay gasto de inversión por
delante.
Ahora viene mi estimación de cuánto ha
costado el petróleo extraído y las reservas ganadas en los últimos nueve años:
las reservas desarrolladas aumentaron un neto de 30 millones de barriles entre
2005 y 2014; en ese mismo período se extrajeron 472 millones de barriles. El
gasto de inversión, capex, se puede mitigar considerando los activos que vendió
Pioneer en ese mismo lapso, cerca de USD 5.000 millones, según indicado, y que
se usaron para financiar estas nuevas inversiones. Entonces se tiene que
Pioneer ha invertido 14.000 millones de dólares netos para obtener 502 millones
de barriles de petróleo, entre ventas y reservas. Esto da un costo de
desarrollo histórico de 28 dólares por barril. Esto es el costo de desarrollo
implícito. Es un primer componente y falta sumarle ítems.
Uno de ellos es transporte. El costo
de transporte por barril de Pioneer es de 17 dólares por barril. El costo
variable de producción (mano de obra, insumos, etc) es de 11 dólares por
barril. Junto a impuestos y gastos administrativos, se suman otros 9 dólares.
Incorporando todos estos costos, de
desarrollo, transporte, variables y administrativos, el costo por barril de
Pioneer es de 28 + 17 + 11 + 9 = 65 dólares por barril. Incluso suponiendo que
se extrae solamente crudo de cada pozo, el precio del crudo actual WTI, cercano
a 50 dólares, hace inviable económicamente la operación (en realidad crudo es
50% de lo extraído, 25% es gas natural y 25% son gas natural líquido y
derivados, así que se obtiene menos del precio WTI por barril).
Cada
inversor puede suscribir o no mi tesis de que este negocio no merece la pena.
Mi análisis prevalece el sentido común y la búsqueda objetiva de información,
enfocado al flujo de caja del negocio. Considero que es una buena metodología
para cualquier inversor.
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