miércoles, 18 de marzo de 2015

El costo de no devaluar está cada vez más cercano

Por Ariel Torres




Detrás de cada línea opositora que se manifiesta en estos días, la frase “el kirchnerismo le dejará el costo político de la devaluación al próximo gobierno”, se escucha a derecha e izquierda. Es una frase que vende, pero es errónea, típico de aquellos que no entienden cómo funciona el sistema de precios. CFK se verá forzada a realizar una devaluación, aún contra su voluntad, más temprano que tarde, simplemente porque los precios internacionales no responden a la voluntad de la exitosa abogada.

En este primer semestre de 2015, quien empujará al gobierno a devaluar será nada menos que Brasil, destinatario del 22% de nuestras exportaciones (esto lo hace nuestro principal comprador), que no necesariamente está “devaluando”, sino que tal afirmación se refiere a un fenómeno más característico, en el cual el mercado de monedas determina todos los días cual es la tasa de conversión de reales por dólar. Si bien el Banco Central de Brasil puede intervenir, quien determina el tipo de cambio es la oferta y demanda de reales. No hay una decisión política de devaluar, sino que el tipo de cambio se deprecia o aprecia al ritmo de la oferta y demanda de reales. Esto ocurre básicamente porque en Brasil efectivamente hay un mercado libre para intercambiar dólares por reales. En Argentina, ese mercado está totalmente intervenido y es ficticio.

Si así no fuera, podríamos comprar toda la cantidad de dólares que quisiéramos a $ 8,70.

Los que defienden la consigna de que el gobierno argentino puede mantener el tipo de cambio oficial en los niveles actuales o con “devaluaciones programadas” son los mismos que piensan que los gobiernos pueden fijar algunos precios. Y esta idea la han tenido cientos de gobiernos a lo largo de la historia, pretendiendo fijar principalmente su tipo de cambio. Los resultados han sido contundentes: en el 100% de los casos los gobiernos han eventualmente fracasado en esta tarea. Un ejemplo reciente es la fuerte devaluación de la libra esterlina en 1992, pero podríamos hablar también del reciente anuncio del Banco Central de Suiza por el cual decidió dejar de defender su moneda.

Así como Inglaterra no pudo contener la devaluación de la libra, ni Arabia Saudita  puede contener el precio del petróleo, CFK no podrá mantener al peso argentino en estos niveles disparatados, por la simple y sencilla razón de que necesita de la entrada de dólares, y con este tipo de cambio atrasado, cada día que pasa caen las proyecciones de ingresos netos de divisas. Y como no alcanza con los oscuros préstamos provistos por China, va a necesitar de esos dólares antes de irse y no tiene de donde sacarlos.

Si bien ser caro o barato es una cuestión más bien relativa, la mayoría de los países se han vuelto más baratos que Argentina en el último año. Todos nuestros vecinos venden productos idénticos a los nuestros y cada vez los ofrecen a precios más bajos. No hay que ser un sabio para entender que quienes antes nos compraban, ahora comprarán acá al lado, o allá enfrente.

Pero veámoslo con más claridad en este ejemplo, que incluye la evolución del tipo de cambio, y también la inflación:

-         Si un extranjero venía a Argentina el 1 de febrero de 2014, con 100 dólares podía comprar 801 pesos. Imaginemos un único bien cuyo precio es $ 1, entonces esta persona podía comprar 801 unidades de este bien.

-       En la actualidad -marzo de 2015- ese mismo extranjero puede comprar con 100 dólares, 877 pesos. Pero ahora ese único bien que antes costaba $1, cuesta $1,40 (por la inflación). Entonces con sus 877 pesos puede comprar sólo 626,43 bienes (monto de 877 pesos dividido el precio de $1,40).

-       Notamos que antes compraba 801 bienes y ahora compra 626,43. Es decir que el poder adquisitivo de 100 dólares cayó un 21,80% desde febrero de 2014 a la fecha.

Ahora bien, allí no termina la muestra, puesto que en casi todos los países del mundo, hoy 100 dólares compran más bienes que en febrero de 2014, en particular en Brasil donde compran un 20,5% más:


La tabla muestra que en prácticamente todo el mundo, 100 dólares compran hoy bastante más que en febrero de 2014. En nuestro país, sucede exactamente lo opuesto y eso no es sostenible. Para rematar, la última semana el real se depreció casi un 10% más. Cada vez que escuchen “no vamos a devaluar aún cuando el real haya caído” deben interpretarlo como “estamos pensando como disfrazar nuestro relato porque vamos a tener que devaluar si o si”.

Por eso cuando CFK y sus acólitos repiten a quien quiera oír (son cada vez menos) que “este gobierno no va a asumir el costo de la devaluación”, deben entender en realidad que esa es una decisión que excede sus facultades. El mercado y el sistema de precios son mucho más poderosos que un político megalómano, o un tecnócrata de pocas luces.


Es la ciencia la que ya ha tomado la decisión diciendo a viva voz que Argentina está cada día más cara y que la devaluación es inevitable.

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