martes, 2 de diciembre de 2014

El Blue a $ 20 ya no es una fantasía

Por Ariel Torres



Cuando el gobierno kirchnerista implementó el cepo cambiario allá por el 31 de octubre de 2011, el Blue estaba en $ 4,49, y su tendencia a partir de allí fue siempre hacia arriba. Hoy está sobrevolando los $13,50, pero esta crecida no ha sido necesariamente en línea recta, como es lógico en el precio de cualquier activo. Ninguno se mueve de manera lineal.

Hace poco más de un año y medio, en febrero de 2013, en esta misma columna estando fuera del país, escribí que el Blue iba camino a los $ 10. En esos días, el Blue estaba en $7,50 y yo estimaba que el pronóstico de los $10 debía llegar hacia mediados de año (se terminó dando a comienzos de mayo de 2013). Ya más curtido, a mediados de octubre de 2013, escribí que el Blue iba camino a los $ 12 y la cotización paralela de fines de enero de 2014 me dio la razón. Cuando Argentina iba hacia el default aconsejé comprar U$S con el Blue en $12,80 y dos meses después, ya se encontraba en $16, un valor con un altísimo componente especulativo, por cierto.

Ahora bien, en algunas consultas privadas sobre cuándo va a dar el tan esperado rebote, siempre respondo lo mismo: “no existe capacidad alguna del gobierno para sostener la actual cotización, y si sigue ejerciendo el poder de policía en las cuevas, la gente lo va a comprar en la calle”. Hay otras respuestas, y lo ampliaré de inmediato, pero el escenario del Blue a $ 20 en marzo de 2015 me parece más que valedero.


Cuando Vanoli asumió como presidente del Banco Central, el Blue tuvo una abrupta caída del 22%, desde la zona de los $ 16 a los $ 12,50, y por supuesto que no alcanza este escenario para decir que la tendencia alcista en el dólar ha finalizado. El Blue ha tenido caídas de magnitud similar en el pasado, luego de lo cual siguió subiendo. Tal fue el caso cuando alcanzó los $ 10,80 hacia junio de 2013 y después cayó a la zona de $ 8 y cuando alcanzó los $ 13 pesos en febrero de este año para retroceder hasta $ 10,50.




La Base Monetaria está hoy en aproximadamente $ 420.000 millones y las Reservas en casi $ 29.000 millones, lo que da un referencial de $ 14,50 para el tipo de cambio, más lo que la expectativa negativa y la especulación le sumen. No hay secreto en esto. Y tengo serias dudas de que el gobierno pueda seguir absorbiendo los pesos que emite a través de distintas Letras. Con la Base Monetaria en la zona de los $ 500.000 y las reservas en la zona de $ 25.000, como preveo para marzo, el dólar convertibilidad llegaría a $ 20. Matemática pura, mis amigos.

Para entender porqué cayó el Blue los últimos días hay que poner atención en algunos factores: el primero fue porque se impidió la operatoria del Contado con Liquidación (el volumen transado cayó en un 90%!!!). El Contado con Liquidación es el mercado blanco libre del dólar, y la operatoria se impidió a través de todo tipo de presiones (investigaciones de la AFIP y poder de policía) a los participantes de ese mercado. Lo más tenebroso del análisis es que el Blue no cayó por cambio de expectativas, porque si así hubiera sido, el Boden15 no seguiría teniendo un rendimiento absurdamente alto como lo tiene.

En segunda instancia, además de hacer este análisis descriptivo del pasado, no debemos perder de vista lo esencial: el problema que genera la caída del valor del peso continúa sin solución, y cae porque el estado gasta más de lo que recauda y esa diferencia la cubre dale que te dale a la maquinita de imprimir billetes. Tan simple como eso. Con un año electoral en puerta, resulta difícil pensar que el estado actuará con siquiera un poco de la disciplina fiscal que debería tener.

Veamos mientras cómo está intentando financiar este gran gasto minimizando la necesidad de imprimir pesos, por dos grandes caminos: endeudamiento interno y esterilización.

El endeudamiento interno ha sido una novedad que ha explorado el gobierno recientemente a través de la emisión de bonos “dollar linked” (atados al precio del dólar oficial). Sin embargo esta es una vía muy limitada y sólo se han conseguido colocar el equivalente a unos $ 14.000 millones de pesos. Esto es muy poco comparado con los $ 200.000 millones de pesos de ampliación de gasto anunciados en agosto de este año y los $ 57.000 millones extra anunciados hace dos semanas.

La esterilización comprende al mecanismo por el cual el estado se financia imprimiendo pesos, al tiempo que instruye al Banco Central a que se endeude por montos similares con deuda de corto plazo (las llamabas LEBACS o Letras del Banco Central). Pero cualquier persona con un mínimo de sentido común entenderá que esta es sólo una solución de corto plazo y no es más que esconder la basura debajo de la alfombra: no se puede jugar este juego de manera indefinida. Los agentes del gobierno que se hacen llamar economistas creen que pueden hacerlo a su gusto y placer. Un error importante.




Pero veamos ahora la parte más interesante y peliaguda de todo este embrollo: el gobierno espera resolver el problema de los holdouts apenas iniciado el 2015 para luego tener vía libre para endeudarse en el exterior y llegar a finales del año electoral con un poco más de aire. La subestimación de los factores es lo que a mi entender los/nos condenará, puesto que han dado sobradas pruebas de impericia intelectual para resolver problemas macro y no conocen los tiempos de los mercados de capitales.

Las dificultados para lograr un acuerdo ya están a la vista, conjuntamente con los pocos incentivos de los prestamistas internacionales de prestarle dinero a un gobierno en retirada, que sigue gastando sin solución de continuidad.

Dicen que los economistas somos los mercaderes del desastre, definición con la que no coincido en absoluto, pero –para ponerlo en términos futbolísticos- este gobierno no para de tirar centros. Hay que adelantarse a la jugada: el momento de compra es hoy.